domingo, 17 de mayo de 2009

Leyre




La ilusión se hizo latido y el latido un garbancito en su interior, poco a poco el garbancito tuvo dedos, labios, ojos, corazón. La inquietud golpeaba el nido, culebrillas en el vientre de mama y la resta de los días fue sumando vida contra la ansiedad. La ilusión cumplio sus cuentas, del latido a la caricia del dolor, la mirada que despierta guarda en su inocencia todo lo que sois.
Pedro Guerra

En el decimo aniversario de Ciempies, este es el mejor presente que podría recibir. Leyre, la alegría es más grande al poder susurrarte que llegas a este mundo en las mejores manos. Enhorabuena mama, enhorabuena papa. Que palabras tan íntimas, tan grandes, tan plenas ¿verdad?.

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