miércoles, 29 de febrero de 2012

La Ruta de la Acequia Real.


Disfrutando de un sol primaveral, el grupo de senderistas Buenos Aires ha realizado una ruta con vistas a una de las ciudades más coquetas. La ruta tenía como centro de rotación la Acequia Real, una canalización que toma el agua del Darro, de época nazarí, de 6 km de longitud, que se construyó para abastecer la Alhambra y el Generalife.

Comenzamos en Plaza Nueva y echamos a caminar por la Carrera del Darro y el Paseo de los Tristes, tal vez las calles más románticas y bellas de Granada. Pasado el Puente del Rey Chico sobre el Darro, llegamos a la Fuente del Avellano (no nos olvidamos de sus hermanas, las escondidas fuentecillas Agrilla y la de la Salud). Fue la fuente más emblemática para los granadinos ilustrados de finales del siglo XIX, asociada a la figura de Ángel Ganivet, fundador de la Cofradía del Avellano. Sentados en torno a una fuente de agua fresca, entre álamos y avellanos, se reunía lo más granado de la intelectualidad local.

Regresamos hasta la Cuesta de los Chinos y, sin lamentos ni quejas, llegamos al acueducto, custodiado por la Torre del Agua, por donde la Acequia Real entra en la Alhambra. Dejamos atrás la Puerta del Arrabal y las Torres de los Picos, del Cadí, de la Cautiva, de las Infantas.

Caminamos hasta la Silla del Moro, dejando a la izquierda Los Albercones que forman parte del sistema hidráulico de la Alhambra. Fue una construcción de vigilancia y protección para el Generalife y las huertas en un sector tan importante para la distribución del agua de la Acequia Real a toda la Alhambra.

Continuamos nuestro paseo hasta contemplar un tramo de la Acequia Real en la vereda del Cerro del Sol. Desde allí caminamos por la Dehesa del Generalife, entre pinos, olivos y espartos. Manolo el de Diezma tuvo el detallazo de hacer con esparto y regalarnos un "mancho" o antorcha usada por los pastores.

Llegamos hasta el Aljibe de la Lluvia. Es una de las muchas de las obras de ingeniería hidráulica que llevaban agua a los palacetes nazaríes. Recogía las aguas de escorrentía y, por su su situación en una cota alta, le permitía enviar sus aguas al Generalife y la Alhambra. Regresamos al centro de Granada bajando por el Paseo del Generalife y la Cuesta del Realejo. Finalizamos el recorrido en el Campo del Príncipe.

No hay comentarios: