domingo, 29 de abril de 2012

Gymkana en Chauchina.

El sábado pasado, en un pueblo vegero cuyo nombre fue cedido por los sotos ricos en sauces, realizamos una divertida y cultural Gymkana. En ella participaron vecinos grandes y chicos de la localidad de Chauchina. Las pretensiones eran varias:



Vivir una mañana de sábado divertida como modo de identificarnos con el lugar donde vivimos. Fomentar modos alternativos de entretenimiento, con actividades de ocio compartido entre las diferentes generaciones de la familia. Dar a conocer el patrimonio historio y artístico de Chauchina así como los valores relacionados con el entorno rural de la Vega. Promocionar el Camino Mozárabe de Santiago a su paso por la comarca Vega – Sierra Elvira.

En el punto de partida, la Plaza del Ayuntamiento, los diez equipos prepararon sus estandartes y, con un mapa y una ficha que debían sellarles en las distintas estaciones, se lanzaron a la aventura urbana. Debían conseguir superar las pruebas de ingenio y habilidad a las que le someterían magos y peregrinos, consiguiendo las cuatro apreciadas llaves que abrirían un cofre. Dentro de el les esperaba el hechizo para convocar a un dragón tan festejado como terrible, la Tarasca.

Recorrieron su pueblo, frotándose en la Peana, pasando por el cementerio donde recordaron la leyenda de la que nació la Ermita del Pincho, por el Parque del Sauce, el cortijo en ruinas de la Tía Faustina, la junta del arroyo Salado con el río Genil, el pozo de la Virgen del Espino, ...

Y resolvieron acertijos con gran ingenio y superaron pruebas que retaban su habilidad.


Agradecemos la participación de los voluntarios que nos ayudaron a dinamizar este divertido juego.

¿Qué sabes de tu comarca?

 Hace un par de semanas, en el edificio de usos múltiples de Valderrubio, se celebró un encuentro de asociaciones de mujeres de la Comarca Vega- Sierra Elvira en torno a unos juegos interactivos denominados ¿Cuánto sabes de la Arqueo industria de tu comarca?. Esta actividad fue organizada por Promovega en colaboración con este pueblo situado entre olivos y choperas.

Con nuestra participación se pretendía dinamizar una serie de actividades divertidas y participativas, con los miembros de las asociaciones que no participan directamente en dicho juego, para dar a conocer el patrimonio histórico y artístico de los doce pueblos de la comarca poniendo especial énfasis en Maracena, Atarfe y Pinos Puente, localidades por donde transcurre el camino mozárabe de Santiago.


Iniciamos la actividad tomando un café (elaborado en su casa por la simpática alcaldesa de la localidad) con dulces de Valderrubio y ricas naranjas ecológicas del Valle de Lecrín del Vergel de la Vega.

Con la sonrisa siempre en ristre, las mujeres realizaron una manualidad, un pop-up donde alzábamos lugares de interés histórico de todos nuestros pueblos.

Además participaron en distintos juegos: (1) Memori de los símbolos locales, donde las imágenes tenían relación con los escudos y topónimos de la comarca y con elementos del camino mozárabe; (2) Loto del patrimonio, en el que a través de unos cartones y siguiendo la dinámica del bingo, nos fijamos en el patrimonio histórico y cultural de los pueblos de este entorno; y (3) Puzzle de los municipios de la Comarca.

Agradecemos la participación de todas las mujeres que nos regalaron su simpatía y su cordial recibida.

sábado, 28 de abril de 2012

El azahar del valle de la alegría.

Esta ruta nos adentró en el Valle de la Alegría para impregnarnos del olor del azahar. Es una ruta rural de gran belleza en la que tenemos la oportunidad de alzarnos hasta unas ruinas con historia desde las que se puede contemplar el valle de Lecrin, el Castillo de Murchas o de Lojuela.

El recorrido comienzó en Nigüelas, situado a 931 de altura sobre el nivel del mar. Como era san Marcos, no pudimos resistir la tentación de detenernos en un obrador de pan para comprar ricos hornazos. Atravesamos el pueblo pasando delante de la Iglesia (siglo XVI), de la Casa Zayas y la Almazara de las Laerillas, el único molino aceitunero del siglo XIV que queda en España.


Dejando a la izquierda la senda de las Pavillas (camino retirado donde iban a pelar la pava), bajamos hasta el Río Torrente. Caminamos por la margen izquierda de este cauce que nos recuerda a una rambla almeriense. Pasamos bajo un gran puente de piedra caliza y seguimos el camino que ahora conduce a Murchas serpenteando entre almendros, cerezos, olivos y naranjos.














Al llegar al pueblo nos da la bienvenida el olor a azahar. Nos detenemos en un mirador hacia el pueblo de Talará (ahora rebautizado Lecrín) y a la Ermita del Santo Cristo que destaca en la loma de enfrente.
A nuestros pies, en suave caída, el campo está tapizado de naranjos; como telón de fondo Sierra Nevada.Y sacamos las almendras tostadas, la pera al vino y otras delicias, como los bollos preñados recién comprados.

Abandonamos la población de Murchas, situada a 662 metros de altitud, por unas calles estrechas cercanas a la Iglesia y buscamos la senda que nos acerca a un vergel de naranjos y limoneros. Las naranjas que maduran en el árbol están dulces y refrescantes. Desde aquí parte una vereda que nos conduce hasta el Castillo de Lojuela, el fortín más antiguo de la zona.




Con el sabor a limón en los labios y el perfume de la flor del naranjo regresamos a Nigüelas llegando por las vegas de esta localidad junto a los Jardines de Müller.

miércoles, 25 de abril de 2012

Miró

Al aula de pintura de la Ludoteca la Huerta hemos invitado a Joan Miró. Raquel fue enseñando a los malabaristas del pincel algunos de sus cuadros y, como si fuesen críticos de arte, las interpretamos, opinando cada cual que era lo que les parecía; donde unos veían un muñeco de nieve, otros veían un marciano,  o un gallo... Fue bastante divertido averiguar que encontraba cada uno en estas pinturas surrealistas.
A continuación cada uno eligió el cuadro que más le gustaba y lo interpretó mediante carboncillos y acrílicos. Y la verdad es que ninguno de ellos tienen nada que envidiar a un Miró, salieron verdaderas obras de arte.




En la segunda parte y aprovechando el buen tiempo, salieron al parque a pintar del natural  las flores de primavera.

domingo, 22 de abril de 2012

Peregrinos

 A lo largo de los proximos meses nos vereis caracterizados como peregrinos. No es que la falta de trabajo nos obligue a patear sendas y caminos en busca de un santo milagrero.



La razón es que a través de Promovega realizaremos diversas actividades en las que uno de los objetivos comunes es promocionar el Camino Mozárabe de Santiago


Aunque la primera ruta jacobea de la que hay constancia histórica se realiza a través del Camino Mozárabe a Santiago de Compostela, pocos son los andaluces que la conocen. Esta ruta es el que utilizaban los cristianos que vivían en los reinos árabes para enlazar con otro camino conocido como es la Vía de la Plata.


Desde el siglo IX los peregrinos mozárabes (cristianos que vivían en los reinos árabes de al-Andalus) empezarían a fluir desde ciudades bajo dominación árabe como Almería, Granada, Málaga o Jaén hacia Córdoba para desde allí transitar en dirección a Mérida. En torno a los caminos se han forjado tradiciones y culturas heredadas que se presentan en la actualidad como un activo importante para el desarrollo social, cultural y económico de las tierras afectadas.


Agradecemos a Isa que nos haya hecho unos disfraces tan apañaos.




El Nacimiento del Darro


Esta ruta transcurrió siguiendo el Valle del Darro hasta su nacimiento y un poco más allá. Fue de gran belleza y los caminantes demostraron su excelente estado de forma. Aunque la dificultad era alta, los Senderistas Buenos Aires la caminaron apretando el culo, disfrutando y pinchando la tijera en el pero.

El recorrido comenzó junto a la Ermita de la Virgen del Pilar, subiendo por la empinada cuesta de la calle Molino Alto en Huetor Santillán. Es curioso que esta villa deba el nombre a su denominación andalusí y el apellido a su antiguo dueño. Ésta era la Qaryat al-Wata (alquería o pueblo de colina) mencionada en el siglo XIV por Al-Jatib en su descripción del Reino de Granada. La segunda parte del topónimo se debe a Diego de Santillán, marqués de Guadalcázar, quien según las crónicas de la época lo compró poco después de la conquista.


Tomamos una senda que, tras pasar por debajo de la autovía (esa que tanto daño ha hecho a este parque natural), penetra en el Valle del Darro. Antes de iniciarla hicimos una parada en la Cueva del Señor y luego la seguimos hasta el nacimiento actual en la Fuente de los Poqueros.
Este nacimiento se abre en un macizo formado por calizas permeables de origen kárstico y esta rodeado de vegetación de ribera de la cual habríamos apreciado su sombra; pero el día estaba bastante nublado. El topónimo del río se relaciona con la existencia de oro en su cauce. Fue llamado Dauro que deribaba de Dat Aurum: da oro.



Seguimos una estrecha vereda que sigue el lecho seco del Darro. Es una vereda muy bonita en la que el valle se estrecha entrelazando la vegetación de ambas márgenes.
Una gran roca en mitad de la vereda y el tronco muerto y aún en pie de un viejo pino agujereado por los pájaros carpinteros nos indican que llega el punto más difícil de la ruta.


La vereda se estrecha y comienza a subir la ladera serpenteando entre jaras, enebros y retamas. A llegar a unos pinos, abandonamos el camino y trepamos por una vereda descarnada, ancha y muy empinada. Veinte pasos que en realidad son bastantes más. Al llegar arriba un simpático senderista nos confiesa que es una peculiar manera de celebrar su cumpleaños; le cantamos "cumpleaños feliz" con ánimo renovado.

Superado este obstáculo nos encontramos en la pista de la Cueva del Gato tapizada por las hojas de los robles melojos que la acompañan. En una curva muy cerrada nos desviamos por un sendero medio oculto hasta la Cueva del Gato. 
Desde allí continuamos hasta la pista de la Alfaguara y la recorrimos hasta Viznar. Y quien piense que llegamos agotados se equivoca; como testimonio la simpática copla que se marcaron mientras esperaban el bus

martes, 17 de abril de 2012

Autorretrato






En el taller de pintura de la ludoteca de La Huerta Raquel ha tratado el autorretrato de una forma diferente, para que los artistas se familiaricen con esta modalidad pictórica.


Para ello, los pintores se tumbaron en el suelo, sobre un papel continuo de su tamaño; con una tiza marcamos el contorno de su silueta sobre el papel. Posteriormente dibujamos los detalles característicos de cada uno mediante un carboncillo, añadiendo bolsillos, coletas, flequillos, botones... A continuación añadieron el color.

Un proceso creativo divertido e interesante.

domingo, 15 de abril de 2012

La Cruz de Viznar





Una solitaria cruz, antes de madera hoy de metal, que corona el Collado de Víznar da nombre a este sendero con vistas a los recortados valles de la Sierra de Huetor y con espléndidas panorámicas de la Vega de Granada y Sierra Nevada.

Desde Viznar caminamos hasta el Área Recreativa de Puerto Lobo. Seguimos la pista forestal de la Alfaguara dejando a la derecha el ascenso entre pinares del Barranco de la Umbría, en cuyo inicio encontramos una placa homenaje a un montañero. También ignoramos a la izquierda la senda de la Cueva del Gato. Seguimos ascendiendo hasta el Mirador de Viznar, donde descansamos contemplando el precioso valle del Darro. Allí descubrimos que quien llamaba a Emilio insistentemente al móvil era la alarma.



Siguiendo esta pista forestal nos encontramos a la derecha con la senda que nos conduce a la Cueva del Agua entre encinas, enebros, rascaviejas y quejigos; nos paramos para fijarnos en las agallas de estos últimos cuya redondez destaca entre las ramas preñadas de brotes.

La suave pendiente nos conduce hasta el mirador y la Cueva del Gato. Situada en las entrañas del Collado del Agua, a 1.400 metros sobre el nivel del mar, la gruta se esconde al fondo de un estrecho pasillo natural excavado en la roca. Debió ser un rincón precioso, pero la estupidez lo ha privado de las estalactitas y estalagmitas talladas con infinita paciencia por el agua. No se sabe si los presos están dentro o fuera.



Bajamos por el Collado de la Rata dejando la Cruz de los Maestros a nuestra derecha. Nos detenemos a contemplar algunos pinsapos. La llegada al cruce de caminos del Collado de Víznar se agradece tras el esfuerzo realizado. La subida hasta la Cruz de Víznar requiere una pequeña y corta escalada rodeando el torreón; este esfuerzo merece la pena (solo a algunos) teniendo en cuenta las excepcionales vistas que encontramos en la cima, donde se yergue solitaria la Cruz que da nombre al sendero.

Tras haber disfrutado de la altura en la Cruz y de la adrenalina desatada por la imprudencia, descendemos por el mismo camino hasta el Collado de Víznar. Desde allí realizamos un pronunciado descenso por la solana, a lo largo del cual la senda se ha estrechado y discurre bordeando un roquedo dolomítico. La senda termina en Puerto Lobo, donde nos zampamos un bocata al tiempo que disfrutamos de una agradable conversación en el área recreativa bajo los nogales; ya sólo resta regresar a Viznar.