martes, 24 de marzo de 2015

En Patosuca.



Uno de los retos más interesantes para un cuenta-cuentos es ponerse delante de un publico cuyas edades oscilan entre los 2 y los 6 añitos. Puede ocurrir cualquier cosa.

La semana pasada nos invitaron a contar La Hora Pinta en el Centro Infantil Patosuca. Y todo transcurrió perfectamente.

Quien cuenta tiene que, a riesgo de quedarse bizco,  trazar la historia con un ojo al tiempo que pasea el otro por el público viendo e intuyendo sus reacciones.
Mientras modulas la voz haces lo propio con el ritmo de la narración, buscando palabras sencillas que se alimentan de los gestos.

Las marionetas te siguen con atención, demostrando una complicidad que solo nace de la experiencia. Poco a poco todo empieza a funcionar; hemos abierto el grifo y el agua fluye fresca y cantarina.

Y ya solo resta meter la marcha adecuada y disfrutar.

Muchas gracias a Virginia por las fotos.

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