miércoles, 14 de octubre de 2015

La Dehesa del Generalife y la vereda de los franceses.



La ruta de hoy nos ha sido una inmersión en el Parque Periurbano Dehesa del Generalife. Este pulmón de la ciudad de Granada fue declarado en 1995 Parque Periurbano con una superficie de 450 hectáreas que rodean al Conjunto Monumental de la Alhambra. Atesora valores naturales entre los que se esconden tesoros de nuestro patrimonio histórico.

Comenzamos en Plaza Nueva. Después de las explicaciones de rigor, tomamos la recién restaurada Cuesta de los Chinos, llamada realmente del rey Chico; y es que a Boabdil los Reyes Católicos le arrebataron Granada, su madre le privó de sus dignidad y nosotros le hemos quitado su cuesta.

Acompañados por el ruido del agua y los bien emparejados chinos del empedrado, llegamos hasta a la Alhambra, al acueducto por el que la Acequia Real regala sus aguas a este monumento.  Bajo la Torre del Agua nos detenemos para retratarnos.

Seguimos subiendo, acción bastante repetida en esto del senderismo, hasta la altura del cementerio. Desde aquí tomaremos el Camino Primitivo, también llamado Vereda del Barranco del Abogado (todo tiene dos nombres para confusión del caminante), que nos alzará hasta el Llano de la Perdiz. Antes pasamos junto al bien conservado Aljibe de la Lluvia de origen nazarí; sus aguas llegaban hasta el palacio de Dar al-Arusa.

Con las espaldas sudadas llegamos al Reloj de Sol. Además de señalar la hora solar, nos indica los nombres de los picos de las montañas que se divisan desde allí, como el Veleta, el Mulhacén o la Alcazaba.

En esta ocasión también cumple la función de altar. Don Manuel, el párroco de la Iglesia Imperial de San Matías (título otorgado por Carlos I, muy devoto de este santo), celebró la misa con la que se inaugura todos los años el curso de senderismo.

Tras la misa rodeamos la cota más alta de esta meseta. Comenzamos caminando hacia el Este, con la umbría a la izquierda, y retornamos hacia el Oeste con la solana y el valle del Genil a la izquierda; donde realizamos el giro hay un mirador hacia Sierra Nevada. Unas piedras presentan una rosa de los vientos y una inscripción. Un incendio de este verano le ha robado vida y encanto a este rincón. Pasamos por una zona de matorral mediterráneo de gran biodiversidad.

Tomamos una vereda muy bonita que, por la solana, a veces junto a pinares, a veces rozando las matas de esparto, nos baja hasta la Vereda de los Franceses.

Esta vereda transcurre entre jaras, tomillos y espartos y tiene unas bonitas panorámicas del Genil y Sierra Nevada. Llegamos al Valle del Oro, donde nos encontramos con cuevas, perforaciones, lavaderos, puentes y antiguas edificaciones de una explotación minera francesa destinada a la extracción de oro.

Es un paisaje muy peculiar por su marcada erosión. Vamos buscando rincones curiosos para retratarnos en ellos.

Bajamos hasta Lancha de Cenes pasando por su iglesia dedicada a la Virgen de Fátima. Desde allí unos regresan a Granada en bus y los menos siguen caminando por el entrañable Camino de la Bicha. A el accedemos por una simpática vereda junto a la Acequia Gorda. Mis sabios me cuentan que, para mandar a la porra a alguien, había un dicho en Graná: "¡Anda y date un barrigazo en la Acequia Gorda!"

Y como estamos en época de aguacates de nuestra costa subtropical, la receta que nos da Mari Pili con su acento sevillano es: canapés de aguacate.

Le sacamos la carne a un aguacate gordo y madurito. Picamos una cebolleta muy menudita. Desmenuzamos el atún de una lata escurriéndole muy bien el aceite. Lo mezclamos todo bien, echándole sal y vinagre a gusto. Se machaca bien con el tenedor y con la pasta resultante untamos los panecillos. Lo adornamos con una pizca de pimentón. 

No hay comentarios: