lunes, 15 de febrero de 2016

Pegado a la piel.



Hay personajes que ya los llevamos pegaditos a la piel. En cuanto te roza su disfraz, parece que tus ropas son las que han salido del armario del cuentista. Es tan fácil interpretarlo que casi asusta. ¿No seré realmente un pirata?, se pregunta el cuentacuentos.

Este cuento es tan viejo como ciempiés, aunque ha cambiado mucho a lo largo de su contada historia. Ahora es una de nuestras pequeñas historias favoritas. En ella se habla de la importancia de alcanzar los sueños, al tiempo que debemos dotarnos de la suficiente prudencia. No asustarse por nada es ser un cobarde. Este pirata, enamorado del mar, se esfuerza por aproximarse a su horizonte y sonríe cuando es abordado por el miedo al océano.

Un cuento de papel y otro de arena se entrelazan. Una humilde narración de Ciempiés se arrima a una maravillosa historia de José Saramago. "El Marinero que no temía al mar" hace de telonero de "La flor más grande del mundo".

Gracias a los niños y niñas de tercero del colegio La Purísima de Santa Fe por dejarse llevar por los pliegues del papel y las lineas en la arena.

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