¿Y por qué centrarnos en esta novela del escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry? Este librito es un catálogo de moralejas. Pero en su credo no hay castigos o prohibiciones. Sus ideas hablan 180 lenguas diferentes, los siguen niños y adultos, no creyentes y hombres de fe. Imperecedero, se puede leer ayer, hoy y mañana. Estamos hablando de Entendimiento Global; y el 2016 ha sido declarado por la UNESCO como el Año internacional del Entendimiento Global, aunque pocos hablan de ello.
Aunque bucear en esta novela no precisa de excusas, es indudable que tiene una conexión directa con la infancia. En su dedicatoria Exupery dice: “Todas las personas mayores han sido primero niños. Pero son pocas las que lo recuerdan". El problema no es ir creciendo, sino ser adulto y olvidar lo que uno era cuando niño.
Nuestros juegos, los talleres y las historias que narraremos nos invitarán a leer este cuento cuya enseñanza es simple y a la vez encierra toda la complejidad del mundo y del ser humano.
Y no nos olvidaremos de la Vega, nuestro particular Asteroide B 612, ni de los animales ”domésticos” del corral y la huerta ecológica, donde, menos mal, no nace ningún baobab.
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