miércoles, 17 de mayo de 2017

El paraíso del Río Cebollón.



Una ruta que permanecerá siempre en nuestro recuerdo; hemos descubierto el paraíso del Rio Cebollón en el macizo montañoso de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama.

Comenzamos en la Resinera de Fornes (Arenas del Rey, próximos  a la cola del Pantano de Bermejales). Pertenecía a la Unión Resinera Española y fue hasta hace unos años (1975) un importante centro industrial donde se transformaba la resina obtenida de los extensos pinares en aguarrás y colofonia. Ahora se ha transformado en un centro de información e interpretación de la naturaleza gestionada por la Junta de Andalucía.


Nada más comenzar cruzamos el puente sobre el río Cacín al que regala sus aguas el protagonista de esta ruta y nos adentramos en un fresco paraje. Caminamos rodeados de sauces, chopos, zarzas por una amplia pista dejando a la derecha el cantarín río Cacín.

En un primer cruce tomamos la pista de la izquierda, siguiendo el GR7 de Jayena y abandonando el cauce del Cacín; la pista forestal se dibuja entre el río Cebollón y cárcavas calcáreas muy erosionadas. Tras varios rodeos, cruzamos el río. Sus aguas esmeraldas, tras infiltrarse por los materiales carbonatados, ven la luz a través de los manantiales. Y verdean el paisaje a su paso.  Todo está cuajado de flores.

La pista se aleja del cauce y asciende ligeramente. Cuando una acequia cruza el camino, nos desviamos a la derecha tomando un atajo que nos ahorra una curva de la pista forestal. Muchos lirios silvestres presumidos se estiran todo lo que pueden. Escucho a una senderista que dice “hasta las rocas son aquí bonitas”

Retomamos la pista que tan pronto asciende como desciende. Llegamos a otro cruce donde hay un cartel informativo sobre la actividad de los resineros. Nos habla de los picadores, los remansadores y los arrieros. Cada resinero tenía adjudicado un grupo de árboles llamado cuartel, 5000 pinos negrales o resineros con más de 30 centímetros de diámetro. En la base de algunos pinos aún podemos ver los tiestos de barro en los que se recogía la resina.

En este punto abandonamos el camino principal y tomamos un sendero que, por la derecha en suave descenso, nos acerca al lecho del Cebollón por los conocidos Prados de Tito. El camino se torna encantador. Los helechos nos cuentan de la humedad del lugar.



Un poco más adelante aparece la Fuente del Berro; sus cristalinas aguas lamen unas tejas antes de verterse sobre la tierra.

Siempre rodeados por grandes pinos que nos podrían contar la historia del lugar, seguimos avanzando por este paraje hasta que el camino gira bruscamente hacia la derecha. Nos encontramos ante un viejo y sombreado pinar bajo el que se abrigan unas naves que sirvieron para estabular el ganado.


Nos tomamos una fruta, cambiamos el calzado y arremangamos los pantalones. Parece que vamos a pescar ranas. Y es que comienza en breve el senderismo acuático.

Caminamos unos metros y la ruta continúa por el pedregoso lecho del río. A nuestro frente observamos el encajonamiento del río Cebollón.



Disfrutamos como niños. Al principio notamos el agua fría, pero pronto nos acostumbramos. Sorteamos pequeñas pozas y árboles caídos en el lecho del río.



En ocasiones tomamos una vereda que traza un zigzag a un lado y otro del río. Al poco alcanzamos un ensanche donde aparece una antigua presa hoy colmatada. Remontamos por la derecha y continuamos por el río entre brezales y grandes helechos; el murmullo y el frescor del agua es maravilloso.

Cuando consideramos que los pies se han remojado lo suficiente retornamos por nuestros pasos.

Encantadora ruta esmeralda y sonora en la que, como intrépidos exploradores, hemos descubierto el paraíso del Cebollón.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Precioso el vídeo! Me he emocionao viéndoos a todos pasar, me hubiera encantado estar ahí. Un abrazo desde Cataluña

Jose

Loli Rus dijo...

César, precioso sendero y sin incidentes, jejejejej...Lo peor, al menos para mí,la vuelta, con el bocadillo tomado y la barriga llena , se me hizo más pesada ... sobre todo por la hora.
Lo mejor...el chapoteo por el agua,el paisaje, la cascada...TODO.

Un abrazo, SENDERISTAS, hasta la próxima...Loli Rus