viernes, 24 de febrero de 2017

¿Contradicción?

Hoy estuvimos realizado una actividad en la que realizamos múltiples experiencias científicas con elementos cotidianos que nos permiten abordar conceptos básicos de física y química.


Al ver esta foto uno se pregunta ¿Es posible creer en la ciencia y en la religión al mismo tiempo? ¿Es posible caminar por la frontera que separa el pensamiento lógico del pensamiento mágico cruzando a un lado o a otro a nuestro antojo con pasaporte de doble nacionalidad? Muchos científicos viven con normalidad su trascendencia, practicando su religión y aplicando la lógica a sus experimentos. ¿Existe, en este quehacer bipolar, una contradicción?

No lo se, pero el debate es interesante.

Agradecemos al Colegio Regina Mundi su siempre grato recibimiento.

miércoles, 22 de febrero de 2017

Desde Beas a la cueva del padre Manjón.



Hoy realizamos una ruta llena de momentos para el recuerdo ya que se despedía nuestro amigo Jose. Nada más llegar al bus, repartió su cariño en forma de flores que adornaron las mochilas, las solapas y el pelo de todos y todas  las senderistas.

Partimos de Beas de Granada, un pequeño pueblo cuyos montes pertenecen a la Sierra de Huetor; a su mayor altura, el Buenavista, subimos en un capítulo anterior de esta serie dedicada a los pasos bien trazados.

Bajamos hasta el río Beas, afluente del Darro, por la calle Granada, pasando por los lavaderos públicos y la estación de aguas residuales. Cruzamos el río, que transcurre a nuestra izquierda a partir de ahora.

El camino esta jalonado por encinas centenarias, almendros con sus aromáticas flores y terrenos de olivos. Y un poco más adelante, el río Beas juega a zigzaguear e interponerse en nuestro paso. Pero un par de piedras y unas manos amigas facilita la superación de cualquier obstáculo.

El camino sigue por el valle del Beas, complicándose en ocasiones un poco: estrecheces y chopos caídos que pone a prueba el engrase de nuestras bisagras.


Llegamos al punto donde el río Beas y el Darro se encuentran, la intersección entre sus valles. Y un poco más adelante nos encontramos con el antiguo Cortijo Cortés. Dejamos a la derecha los barrancos de la Cueva, el Cerrón y el Quejigal. Cruzamos el Darro y tras pasar una barrera tomamos el camino de la izquierda.

Entre choperas desnudas pero que definen geometrías de gran belleza, nos vamos acercando a Jesús del Valle. En un tramo llaman nuestra atención unas hileras de cedros de distintas especies ahora cargaditos de flores y de polen; su porte y color contrastan con los sobrios olivos que los escoltan.

Llegamos a la hacienda-cortijo que fue creada por los Jesuitas en el Siglo XVI. Antes nos acercamos a uno de los molinos que domesticaban la fuerza del agua del Darro.

Jesús del Valle se sitúa en el llamado pago de la ribera del Darro y Andarat,  Lo que uno puede ver son sólo ruinas, pero tienen un gran valor histórico: es uno de los mejores ejemplos de hacienda-cortijo de la época y clave para el estudio de las explotaciones agrícolas y ganaderas de la Iglesia y del papel económico que jugó la Compañía de Jesús en aquellos siglos. Por eso Jesús del Valle fue inscrito, en junio de 2005, en el catálogo general del Patrimonio Histórico Andaluz, con la categoría de monumento. Pero desde hace muchos años, como aclara una pintura en uno de los muros, "Que te parta un rayo"


Dejando el Darro a la izquierda y distanciándonos un poco de él, caminamos entre olivos hasta cruzar el barranco del Zapatero. La vereda se sombrea con los chopos. Cruzamos un par de veces el Darro hasta llegar al Carmen de los Granados siguiendo el trazado de una cantarina acequia a los pies del Cerro del Sol. Aquí arranca el Camino de Beas que se convertira en el Camino del Sacromonte.

Terminamos en la escuela del Ave María Casa Grande donde tiene la amabilidad de enseñarnos la capilla donde está enterrado Andrés Manjon y la cueva donde se daban las primeras clases en los comienzos de este proyecto docente y social que marcó el futuro de muchos niños y niñas de Granada.

Hacemos en una foto en unas escaleras donde muchos niños y niñas se han retratado a lo largo de la historia de estas escuelas.

Finalmente deseamos toda la suerte del mundo a Jose en la nueva aventura que iniciará en breve que parte de complejas y valientes decisiones.

martes, 21 de febrero de 2017

El suelo: la piel donde habito

Hoy hemos dado una charla participativa sobre el suelo, la piel de la manzana Tierra.


Después de dar una serie de nociones básicas sobre el objeto de estudio de los edafólogos, realizamos diversas experiencias que tienen como protagonistas a sus componentes fundamentales: los organismos edáficos, los constituyentes inorgánicos y orgánicos, su atmósfera e hidrosfera.

La textura, la estructura, su densidad, la capacidad de percolación y retención de agua, la cantidad de materia orgánica, la cobertura vegetal como escudo contra la erosión, etc, son propiedades que vamos desgranando

Capítulo aparte merecieron las simples pero eficietes lombrices de tierra así como otros organismos edáficos que separamos mediante un embudo de Berlese.

domingo, 19 de febrero de 2017

Contando en la Feria del Comercio de Ogijares.


En la tarde del sábado 18 de febrero participamos en la I Feria del Comercio de Ogijares, donde se fomenta el la actividad comercial local, asunto de gran trascendencia en estos tiempos en los que las grandes superficies aplastan a los pequeños negocios.



Nuestro hueco fue contar un cuento. Con el ojo puesto en las ciudades habitables y solidarias, muy acorde con la protección de los comercios locales, dinamizamos el cuento de guiñol "Pestilandia: la historia de un gatazo, un ratón guasón y una mosca pesada".

Fue una experiencia muy gratificante. Agradecemos al Ayuntamiento de Ogijares la confianza que siempre deposita en nosotros.

En el Trevenque

No hemos subido este pico tan emblemático de la periferia de Sierra Nevada. Ha sido aún más enriquecedor ya que nos acercamos al IES Trevenque para conocer a los chicos y chicas inmersas en el Ciclo Formativo de Conducción de Actividades Físico deportivas en el Medio Natural y a los magníficos docentes que lo dinamizan.


Realizamos una charla participativa que partía del ecosistema Tierra como entorno subsidiado donde alteramos los ciclos de la materia y de su flujo de energía. A partir de ese arranque abordábamos la problemática de los residuos domésticos y del consumo insaciable de energía.

Y tuvimos la gran satisfacción se sentirnos como en casa y de encontrar un alumnado muy motivado. Y esta última circunstancia es bastante más compleja que alzarnos a cualquier pico de nuestras sierras.

sábado, 18 de febrero de 2017

La cascada de Prado Negro.

Retornamos a la maravillosa Sierra de Huetor con una preciosa ruta circular con la que nos introducimos en el sector nororiental de este Parque Natural. En esta ruta se mezcla la fuerza de la cascada de Prado Negro, la serenidad de la Acequia del Fardes y el rítmico transcurrir de nuestros pasos.

El rincón de la sierra que se convierte en el auditorio del concierto del agua y la servidumbre de esta antigua acequia, recorrida desde su nacimiento en la Fuente Grande, donde sentimos los pasos de los antiguos acequieros musulmanes, dotan a este recorrido de un poso poético. Y siempre contemplados por el imponente perfil blanco de nuestra sierra recortado sobre el azul.

Iniciamos la ruta en el Área Recreativa de la Fuente de los Potros.  Avanzamos en dirección norte siguiendo la pista asfaltada que conduce a la aldea de Prado Negro. A unos 200 metros la abandonamos para tomar un camino que arranca a la derecha. Desciende paralela al cauce de un arroyo bordeando el Cerro de la Cueva del Sol. Llegamos así a una alameda ya en las inmediaciones del arroyo de Prado Negro y de la Umbría de los Alcaldes.


De pista a camino y de camino a vereda. Bordeamos esta alameda y nos acercarnos al arroyo. Ascendemos por un sendero pasando junto a cuevas y abrigos usados por los pastores como aprisco. Llegamos a los Llanos del Despeñadero donde encontramos las ruinas de un antiguo cortijo. Cuantas historias serranas no habrán contemplado sus piedras ahora heridas de abandonos.


Tras vadear el arroyo cercano por un puentecillo encontramos el Pilarillo de Manolo el del Molinillo. De ilusiones, creencias, esperanzas, agradecimientos, sugestiones, aciertos y errores nos habla el caño de agua siempre constante.

Tomaos ahora un sendero que asciende zigzagueando en dirección norte en busca de los Tajos del Despeñadero. Pasamos por una curiosa cueva rodeada por un muro de piedra; continuamos a la izquierda por un sendero tallado en  estos tajos calizos; un giro a la derecha y contemplamosla aldea de Prado Negro y a su arroyo.


Descendemos hasta llegar a un puente que cruza el arroyo. Tomamos el sendero hacia la izquierda que nos conduce, pasando por un bonito prado, hasta llegar a la Cascada Grande de Prado Negro.
Agua, piedra y vegetación en un recodo escondido. Solo el sonido del agua nos anuncia que allí se esconde la belleza del arroyo enamorando la roca.

Desandamos nuestros pasos e iniciamos la subida a la aldea de Prado Negro. Seguimos la carretera a la izquierda en dirección oeste y en una curva a izquierdas, justo cuando la carretera pasa sobre el arroyo de Fuente Grande, la abandonamos por una pista que sube suavemente junto al cauce del arroyo hasta la Fuente Grande, un gran nacimiento de agua donde toma el agua la Acequia del Fardes. El agua burbujea de alegría, rodeada de verdes algas, cuando ve el cielo

Cruzamos el arroyo e iniciamos nuestra andadura por la Acequia del Fardes que llega hasta Cogollos Vega. Esta acequia, de origen árabe, se remodeló durante el reinado de Carlos II en el siglo XVII. El primer tramo de la acequia está soterrado, lo que nos permite caminar muy cómodamente entre un bien estructurado bosque mediterráneo. Pasamos por la Cañada del Moro, obviando la pista que se adentra en ella y siguiendo nuestra acequia que comienza a bordear el impresionante Tajo de las Garduñas.


Tras pasar los restos de una antigua alquería, tendremos que abandonar la acequia para pasar por debajo de la misma entrando a un pequeño abrigo rocoso. De nuevo subimos al cauce de la acequia y seguimos avanzando junto al Tajo de los Halcones. A lo lejos podemos contemplar la mole caliza de la cumbre del Majalijar. Encontramos bellos rincones como cuando cruzamos el Barranco del Majalijar.

Continuamos por este sendero hasta que abandonamos la compañía de la acequia para continuar en descenso hasta llegar al prado de Las Chorreras, con un mirador donde tenemos unas vistas panorámicas impresionantes del camino trazado y de Sierra Nevada.

Continuamos y cuando la pista traza una curva a derechas, el sendero se sale de ésta y comienza a descender hasta buscar el cauce de un pequeño arroyo entre pinos y cedros. Rebasamos de nuevo el arroyo del Majalijar y desembocamos en una pista. La tomamos en ascenso a nuestra izquierda para tomar tras unoc cien metros otro camino de menor entidad que nos surge a nuestra derecha;  tras cruzar el Barranco de los Revocillos, llegamos a un sorprendente ejemplar de secuoya que no podemos dejar de abrazar.

Por un pequeño sendero entre un bosquecillo de cedros llegamos al final del recorrido en el que hemos contado con ilustres invitadas y una maravillosa niña con coletas.

viernes, 17 de febrero de 2017

Un ponente patoso

Os mostramos los utensilios que empleamos para realizar la actividad previa del itinerario de interpretación ambiental por las Lagunas del Padul.

Es fundamental motivar y dar las claves del entorno que van a visitar; esta información previa facilita el desarrollo del itinerario y favorece la retención de los centros de interés que se trabajan.

Como veis un elemento fundamental en esta actividad es el ponente, un pato impaciente por comenzar a comunicar.


jueves, 16 de febrero de 2017

Docentes muy decentes.



Ayer por la tarde realizamos una actividad muy reconfortante. Profesores y profesoras del IES La Madraza, donde se desarrolla un programa de Ecoescuela, se acercaron a la Vega de Granada.

La idea consistía en unir esta comarca con el agua a través de la interpretación del paisaje. El agua visible e invisible se enredaba en los elementos del cripto y fenosistema del entorno de la Vega de Granada.

Tras un corto paseo, en el que nos detuvimos en el Cortijo del Pino y en la acequia Tarramonta, llegamos al Aula Rural de Ciempiés. Ahí nos esperaba un café o una infusión y un montón de chismes con los que estuvimos jugando a aprender e investigar en relación con el agua.

El ambiente fue muy agradable; los docentes se olvidaron de su rol habitual y se convirtieron en alumnos y alumnas muy formales pero con ganas de pasarlo bien. Y entre sonrisas, magias, nubes capturadas, poesías y explicaciones científicas, pusimos en valor el placer de comunicar.

miércoles, 15 de febrero de 2017

Mucho cariño en el Cerro del Castillejo



Hoy mis senderistas se han portado fantasticamente, como viene siendo habitual, por cierto. Han coronado incansables la cruz que adorna el alto del Castillejo y en la bajada ningún trasero ha tomado tierra. Enhorabuena.

Además, rodeados de un magnífico paisaje, se han olvidado de mirar hacia fuera dirigiendo los ojos hacia el corazón. Y en el mirador del antiguo castillo de Linza, le han hecho un obsequio a Jose envuelto en aprecios y cariños.

Pero a lo nuestro, que son los pasos bien dados. Desde Güejar Sierra bajamos, por la vereda del tranvía a la menguante cola del Pantano de Canales, caminando luego hacia la Central Eléctrica del “El Castañar”. Unos perros nos recuerdan que pasaremos por la fuente del Tío Perrancano.

Cruzamos el puente y comenzamos el ascenso subiendo por una carretera asfaltada de Haza Llanas. Pronto termina el asfalto, una vez andados los doscientos primeros metros, y nos incorporamos al carril que parte a nuestra derecha. Un inicio en descenso no nos engaña... tenemos que subir.

Continuamos por esta pista de cemento que pronto asciende hacia el Cortijo de los Julianes. Aquí es donde se inicia propiamente la vereda que nos conduce, por una respetable pendiente, hasta colocarnos en el Barranco del Castillejo. La puerta natural a este valle es preciosa, pero para disfrutarla primero debemos aliviar los sofocos provocados por la pendiente.

Empezamos a penetrar en el valle caminando a media ladera. Nada más iniciar el camino destaca, a la derecha, una gran roca agujereada por la erosión a modo de ventana. Dejamos atrás una cancela con un cartel, pelín peculiar, que nos recuerda que es de buen senderista cerrar las puertas que abre.  Conforme caminamos bajo pinos y rodeados de tomillos, aulagas y romeros, nos vamos aproximando al arroyo que baja por el barranco hasta que nos encontramos con el. Un bancal con cerezos mostrando su esqueleto invernal. Donde cruzamos el arroyo se encuentra una refrescante fuente: la llamada Fuente del Tío Perrancano. 

Cruzamos al otro lado, salimos de la penumbra y continuamos en ascenso para dirigirnos hacia el Cerro del Castillo. En frente el pueblo de Güejar y el imponente Calar.  al que debemos de atacar por su lateral derecho conforme miramos hacia Güejar Sierra y al imponente Calar. Llegamos a un verde collado donde observamos una antigua era de trillar y un cruce de veredas: la de la derecha nos eleva en un último impulso hasta los restos del Castillejo y al mirador en donde se encuentra enclavada una vieja cruz de madera. Es un lugar perfecto para la merienda.

El Castillejo o “El Castillo de Linza” fue construido por los romanos durante los últimos años de su dominación, y apoderado por el árabe Amir-Ben-Abdalá al vencer a D. Tello de Castro, quién murió a las puertas del castillo (aproximadamente nos situamos a finales del 711).  Durante los próximos 780 años nada se sabe de esta fortaleza.
En 1498, y ante el importante gasto que suponía mantener las más de cien fortalezas del Reino, se produce el abandono y posterior derribo de muchas fortalezas. Pero este castillo no fue eliminado a pesar de la orden real, ya que durante la revuelta mudéjar de 1500  sirvió de refugio para 2.300 personas.

El regreso es sencillamente desandar con alegría lo caminado.

Esta ruta forma parte de otra más amplia conocida como “El paso de los viajeros románticos” ya que estas veredas se vinculan con ilustres escritores y prestigiosos botánicos como Simón de Rojas Clemente y Charles Edmon Bossier durante los siglos XVIII y XIX. Además, fue testigo de importantes expediciones científicas e inspiración para aventureras historias como la de ‘El Bandido de Sierra Nevada’ escrita por el novelista francés Alejandro Dumas en 1857, todo ello dentro del contexto histórico del movimiento del Romanticismo que llevó a convertir la provincia de Granada en lugar de peregrinación de ingleses, franceses y alemanes.