miércoles, 24 de enero de 2018

Las Lagunas y la Atalaya del Padul.


En esta ocasión  nos dirigimos hacia el sur por una ruta milenaria que unía Iliberris con la antigua Sexi, un lugar de paso de gentes, aves migratorias y vientos. Dejamos atrás el lugar donde el Rey Boabdil contempló por última vez y lloró su  reino perdido y nos encontramos con un privilegiado lugar situado en la vertiente suroccidental del macizo de Sierra Nevada. Estamos en el Padul, una villa situada entre una vega húmeda y montes calizos.


Uno de los grupos caminó por veredas sin pendientes, por un terreno parcialmente labrado, salpicado de pequeñas lagunas y manantiales que vierten sus aguas a unos canales de drenaje denominados localmente “madres”. La importancia de este lugar es grande, al ser el único humedal natural de la provincia de Granada. Además, cuenta con una peculiar turbera, la más meridional de Europa, en la que suelen aparecer con relativa frecuencia huesos de mamut.

Nos encaminamos hacia la laguna del Ojo Oscuro. Desde allí disfrutamos de las sendas trazadas por el entorno de la Laguna del Aguadero. Posteriormente atravesamos la vega del Padul en dirección a la Turbera Agia.

Siguiendo la linde de una madre llegaremos hasta el Arroyo Viejo y la Fuente del Mal Nombre. En este curioso lugar, junto la ladera del Cerro de los Molinos, visitaremos las huellas del camino ibero-romano. Finalmente nos dirigimos hacia el pueblo del Padul por el Camino de los Molinos. 


El otro grupo afronta la vereda de los Gudaris, denominada así por que estos caminos fueron tallados en la montaña por por soldados vascos presos durante la guerra civil, en el presidio instalado en la casa solariega del Padul conocida como Casa Grande. 

El trazado coincide con el límite del espacio natural de Sierra Nevada. Después de cruzar varios barrancos por unos diques bien conservados, se inicia una subida dura y zigzagueante que salva un desnivel de unos 230 metros.

Llegamos así a la cañada de la Cruz de la Atalaya. Se continúa por un camino que asciende a la derecha hasta el Mirador del padre Ferrer, donde un monolito deja constancia de la admiración del montañismo hacia la figura de este hijo predilecto del Padul.

Cien metros más arriba se encuentra la Cruz de la Atalaya (1240 metros de altitud).


Después de disfrutar de las vistas de la llanura, de Sierra Nevada y de los montes fronteros (destaca la Silleta del Padul a nuestra izquierda), bajamos a una abrevadero donde descansamos.

Iniciamos desde allí una bonita bajada por el Barranco de la Casilla, entre pinos y arenales, llegando a la vereda de los Gudaris hasta llegar de nuevo al Padul.

3 comentarios:

José dijo...

Este comentario va para César. Como quedamos, lo ibamos a hacer así.
Ya sabes que es al respecto de poder bajarme el vídeo que subís al blog en cada recorrido.
Te agradecería que me pusieras -sin prisa pero sin pausa- un e-mail contándome cómo puedo bajármelo.
Muchas gracias y un saludo... !!

José dijo...

Soy Pepe Ruiz Montes

José dijo...

Nada... No hagais caso a la petición porque ya he encontrado la dirección URL del vídeo que me permite descargarlo desde la página de ONLINE VIDEO CONVERTER.
Muchas gracias de todas formas.