Hoy hemos realizado la última ruta de la temporada disfrutando de formaciones naturales y antiguos vestigios de la prehistoria.
Con el bus, aproximadamente a 1 hora de Granada, nos dirigimos a Alicún de las Torres, donde realizamos una ruta de unos 2 kilómetros en la que vemos los dólmenes de Alicún y la acequia del Toril.
Además, subimos al Monte de la Mina donde vemos unos curiosos petroglifos símbolos dejados por nuestros ancestros 5000 años atrás. Fue Manuel García Sánchez , allá por el verano de 1956, quien los encontró enclavadas junto a la boca de una mina de almagra, de ahí el nombre de este mágico lugar. Estas tierras de almagra fueron ya utilizadas por nuestros ancestros como pigmentos muy valorados y empleados en pintura artística y alfarería desde los tiempos más remotos.
Esta vereda permite contemplar los dólmenes situados junto al Balneario de Alicún de las Torres y la espectacular y extraña pared mineral que ha formado una acequia de aguas termales a través de los siglos, la acequia del Toril.
El punto de arranque de esta vereda llamada de Chirlata, se sitúa frente al hotel Reina Isabel. Tras ascender por la carretera para tomar a pocos metros un carril de tierra, se accede a una pequeña meseta caliza con numerosos dólmenes en buen estado.
Llama nuestra atención una planta oscura que surge misteriosamente del suelo; es el jopo de lobo o hongo de Malta (
Cynomorium coccineum), una planta parásita bastante escasa que pasa la mayor parte del tiempo bajo tierra unida a la raíz que parasita.
Después la ruta transcurre junto a una extraña formación medio natural medio humana; se trata de una murallón calizo formado a lo largo del tiempo por la precipitación y la sedimentación de las sales del agua que circula con fuerza en estos parajes. Lo que en su día fue una simple acequia a nivel del suelo, que se utilizaba probablemente para conducir aguas al poblado paleolítico, hoy tiene en sus distintos trayectos alturas que superan los quince metros en una longitud aproximada de un kilómetro.
Este curso de agua y todo su entorno está considerado como uno de los espacios naturales de mayor interés geológico, vegetal y faunístico de la provincia de Granada. La presencia del agua convierte en un oasis un territorio que en su mayor parte se puede considerar desértico y estepario. El agua carbonatada, los minerales que lleva en suspensión se han depositado poco a poco, siglo a siglo, hasta crear una base rocosa que ha crecido cada año hasta convertir el recorrido en un verdadero acueducto natural. Es un sistema de formación rocosa que se denomina travertino.
Luego nos montamos en el autobús y seguimos hacia Gorafe. El principal atractivo de esta localidad son sus 240 dólmenes neolíticos diseminados en 10 necrópolis, que la convierten en la mayor concentración de túmulos prehistóricos de España. La razón de esta abundancia es que el arroyo de Gor es una depresión natural situada en un corredor geográfico muy transitado durante la Prehistoria, frontera entre los grupos tribales levantinos y los de la baja Andalucía que ocupaban esta zona en el V milenio a. C.
Después continuamos en bus hasta el cercano Restaurante Vargas donde comeremos juntos y poniendo el punto y final a el curso de senderismo.
Gracias a todos y todas por vuestro cariño. Lo demás no importa.
Tras pasar junto a unos borreguiles preñados de pequeñas flores y generosos en agua, llegamos a la Laguna de las Yeguas (2.882 m). Esta laguna sufrió desde 1970 a 1976 una serie de obras destinadas a aumentar su tamaño y embalsar el agua.
Después de tomarnos un buen bocadillo, regresamos por las mismas veredas. Pero nos desviamos unos cientos de metros para acercarnos al Observatorio Astronómico.
