miércoles, 7 de noviembre de 2018

Ruta 6. La Dehesa del Camarate.


Hoy disfrutamos de la ruta otoñal por excelencia, del bosque encantado de la Dehesa del Camarate. Los verdes, amarillos y marrones, limpios por las últimas lluvias, se matizaban con las manchas bancas de la nieve.

La Dehesa del Camarate (término municipal de Lugros) es unos de los rincones más hermosos del Parque Nacional de Sierra Nevada, con uno de los bosques mejor conservados de toda Andalucía. Se encuentra en la vertiente norte de Sierra Nevada. Es una reliquia casi intacta que ha sobrevivido milagrosamente a la mano del hombre y a los desastres naturales. La finca del Camarate ha sido dehesa de reses bravas hasta hace pocos años. Los toros se encargaron de mantener alejados a los curiosos y al bosque en perfecto estado de revista.


Partimos de Lugros, junto al Puente de las Herrerías, donde hay un viejo molino y una sombreada área recreativa. Antes de que la carretera cruce el barranco del Río Alhama, sale a la derecha, un carril que continúa paralelo al río, hasta que se introduce en su valle un par de kilómetros más arriba. Caminamos junto a una caudalosa acequia. Continúa unos 4 km hasta la entrada de la finca, es la Cañada Real de los Potros, una de las vías pecuarias que unen Granada con Jaén.


Llegamos así al pórtico que da entrada a La Dehesa del Camarate, estamos en el paraje conocido como Horcajo del Camarate. El río Alhama se divide en dos cursos fluviales, el propio río Alhama a la izquierda, y el arroyo de Las Rozas a la derecha, creando dicha confluencia fluvial un horcajo presidido por el Cerro de Los Carneros (1.736 mts.). Nos detenemos en la vieja capilla y en el embarcadero de ganado.


Es a partir de ahora cuando entramos en el “Bosque Encantado”. Nos remite a tiempos pasados ya que se trata de un bosque húmedo primitivo, típicamente mediterráneo, una reliquia que se mantiene casi inalterada en estos insólitos y bellos lugares.

Mientras que un grupo tras merendar retorna a Lugros, el otro toma un sendero que asciende por el paraje de Las Hacillas; las primeras rampas son más exigentes, pero conforme ganamos altura el sendero se torna más cómodo y amplio. Al frente el Picón de Jerez y Los Catifas. Y pisamos nieve. Subimos rodeados de bellas panorámicas hasta llegar a un cruce que tomamos a la izquierda, bajando al Cortijo del Camarate.


El recorrido será circular, continuando ahora por una senda bien custodiada por tranquilas vacas. Ascendemos por un camino cómodo hasta llegar a unos prados donde nos topamos con unas oquedades donde se guardaban las patatas de la sierra. Comenzamos a bajar por una vereda que en ocasiones se pierde, adentrándonos en el corazón del bosque encantado. 

Tras una pendiente bajada, llegamos a el arroyo de Las Rozas en la entrada de la Dehesa del Camarate. Ya solo resta continuar junto a una cantarina acequia hasta Lugros

No hay comentarios: