sábado, 5 de diciembre de 2020

Bolo

Hace 19 años, en un camping de Almuñecar donde trabajábamos en verano para obtener ingresos con los que dar alas a nuestra idea empresarial, apareció Bolo, un cachorro de unos dos meses. Necesitaba un hogar y allí había dos buenas personas dispuestas a compartir el suyo. El camping se llamaba Carambolo, la asociación es sencilla. 

A partir de entonces, ese perro formó parte de Ciempiés y, especialmente, de la vida de Oscar y Ester; unos añitos más tarde también encontró un hueco en el corazón de Leyre y Mario. 

Bolo se ha muerto, era ya un perro muy mayor. Aquí queremos hacerle un pequeño homenaje, en este día en el que se da valor al voluntariado. Acompañar, dar cariño incondicional, transmitir alegría, compartir,  son cualidades que se atribuyen a los voluntarios; Bolo, como buen perro que fue, las poseía todas ellas.

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