Comenzaremos la ruta en la Calle de Agua de Dilar. Atravesamos el pueblo por la avenida Emilio Muñoz hasta llegar a Ermita Nueva donde nos hacemos una foto frescos como rosas.
Ahora la vereda, con una moderada pero constante pendiente, es más pequeña y transcurre en la linde de un pinar; llama nuestra atención una antigua tapia de piedra muy deteriorada, antigua frontera entre dos viejos ducados, que nos acompaña a lo largo de todo el ascenso. Flores de aulaga, romero y cantueso custodian las lindes. Estamos en el Barranco de Pocaleña.
Llegamos a un hito donde la vereda hace un giro a la derecha, ascendiendo hasta alcanzar una pista forestal ancha que procede del Aula de la Naturaleza de Dilar. La continuamos hasta llegar a un indicador: hacia delante vamos a la ermita y a la derecha nos conduce a la Silleta del Padul.


Después de tomar un refrigerio retornamos. Tomamos ahora la dirección hacia La Silleta del Padul. Las vistas son impresionantes, con Los Alayos recortándose en primer plano y la nieve de la sierra brillando al fondo. Ignoramos el desvío que sale a la izquierda; nos conduciría hasta el Puerto de la Mala Mujer y luego a la Silleta. Seguimos al frente y la pista se convierte en vereda al tiempo que comienza a descender hacia un barranco.

Al llegar a este, lo descendemos por una senda pedregosa pero que se camina bien. Los pinos nos sombrean. Llegamos al final de este barranco conocido como Fuente de la Salud. Una pantaneta marca el final del pinar y el comienzo de las tierras labradas con olivos y almendros.
Desde aquí le mandamos a Juan Puertas todo nuestro apoyo.
2 comentarios:
Lo primero mandarle a Juan y M.Carmen todo mi cariño en estos malos momentos q. están pasando
Lo segundo comentar la subida de Cuesta Blanca q. se puso "negra" con el barro q. llevábamos en las botas...más de dos kg en cada una...y cómo costaba moverlas!!!!
Lo tercero, felicitar a todos por el esfuerzo, porque como dice César, hemos sido unos campeones. Un abrazo Loli Rus
Menuda caminata de despedida que me tenían preparada estos senderistas, ¡qué energía!
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