

Tras aproximadamente 900 metros de recorrido, abandonamos esta vereda y para continuar a la derecha por una camino donde el pinar torna en prados abiertos. Aquí encontraremos los restos de una antigua fuente abrevadero y el trazado caprichoso de un regato. Estamos en la Alfaguarilla, diminutivo del paraje cercano de la Alfaguara que significa zona de abundantes fuentes. Aun pelados, los escaramujos y majuelos muestran los frutos otoñales que sobrevivieron al invierno.
El rey de estos prados es Pino Gordo, un enorme pino resinero centenario. La resina de estos árboles es una fuente rica en trementina, que por destilación proporciona el aguarrás y un residuo llamado colofonia o pez griega que, entre otros fines, es utilizado en la fabricación de neumáticos, encolado de papel e incluso chicles.


Seguimos por esta vereda hasta llegar a un cruce; ascendemos hacia la Cueva del Agua. Por una vereda umbría llegamos a este emblemático lugar moldeado con agua y paciencia, un misterioso rincón de la sierra, que ha dado cobijo a animales y personas; y a cambio ha sufrido, como tantos otros, la brutalidad de la gente que no respeta nada. En el interior de la cueva nos detenemos en un cáliz de piedra donde llora la montaña. Desde el mirador que hay junto a la cueva las vistas son impresionantes.
Retornamos hasta el transformador que daba electricidad al sanatorio que en breve visitaremos. Tomamos una vereda poco definida a la izquierda que nos conducirá hasta la Cruz de Viznar. Cómodamente, entre grandes pinos vamos bajando hasta un collado, punto de partida del breve e intenso ascenso a esta cruz.



Aunque a Berta la nombramos al contar historias fantasmagóricas sin fundamento alguno, realmente fue una mujer valiente de reconocida humanidad filantrópica. Fue muy notable su participación en la Institución Libre de Enseñanza. También se integró en la lucha feminista y en 1912 creó con su propio pecunio una escuela mixta en Pinos Genil y una biblioteca popular con el apoyo del Ayuntamiento.

Rodeamos el monte contemplando los pinsapos y haciéndonos una foto en Fuente Fría. Lulú posa muy profesionalmente. Luego bajamos hacia la Alfaguara.

El carril llega hasta una amplia pista forestal que la tomamos en ascenso moderado a la izquierda. El Peñón de la Mata surge como un coloso a nuestra derecha. Y en los montes más cercanos, las trincheras de la Yedra.
Solo resta continuar por la carretera hasta llegar al punto de inicio del recorrido.
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