Hoy disfrutamos de la ruta otoñal por excelencia, del bosque encantado de la Dehesa del Camarate. Los verdes, amarillos y marrones, limpios por las últimas lluvias, se matizaban con las manchas bancas de la nieve.
La Dehesa del Camarate (término municipal de Lugros) es unos de los rincones más hermosos del Parque Nacional de Sierra Nevada, con uno de los bosques mejor conservados de toda Andalucía. Se encuentra en la vertiente norte de Sierra Nevada. Es una reliquia casi intacta que ha sobrevivido milagrosamente a la mano del hombre y a los desastres naturales. La finca del Camarate ha sido dehesa de reses bravas hasta hace pocos años. Los toros se encargaron de mantener alejados a los curiosos y al bosque en perfecto estado de revista.
Llegamos así al pórtico que da entrada a La Dehesa del Camarate, estamos en el paraje conocido como Horcajo del Camarate. El río Alhama se divide en dos cursos fluviales, el propio río Alhama a la izquierda, y el arroyo de Las Rozas a la derecha, creando dicha confluencia fluvial un horcajo presidido por el Cerro de Los Carneros (1.736 mts.). Nos detenemos en la vieja capilla y en el embarcadero de ganado.

Mientras que un grupo tras merendar retorna a Lugros, el otro toma un sendero que asciende por el paraje de Las Hacillas; las primeras rampas son más exigentes, pero conforme ganamos altura el sendero se torna más cómodo y amplio. Al frente el Picón de Jerez y Los Catifas. Y pisamos nieve. Subimos rodeados de bellas panorámicas hasta llegar a un cruce que tomamos a la izquierda, bajando al Cortijo del Camarate.

Tras una pendiente bajada, llegamos a el arroyo de Las Rozas en la entrada de la Dehesa del Camarate. Ya solo resta continuar junto a una cantarina acequia hasta Lugros.
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