Ayer, día de San Miguel, estuvimos en el Parque Virgilio Castilla, con el espectáculo de títeres "El pozo y el ogro". Este lugar toma el nombre de un socialista que fue presidente de la Diputación en 1931 hasta que, en la Guerra Civil fue fusilado por los sublevados.
En esta bonita zona verde de Armilla, con las conversaciones arbóreas de las cotorras argentinas de fondo, que poco a poco están colonizando nuestras ciudades, narramos esta historia. Pozolandia se transforma en Pestilandia en un claro ejemplo de que los atajos no sirven, que esconder los problemas solo conduce a empeorar los asuntos, que si no cambiamos los hábitos desde la raíz, nunca avanzaremos.
Damos alas gracias a Eli por las fotos y nos detenemos un instante, por ser propicio si nos fijamos en el santoral, en desearle mucha suerte a Miguel en su nueva trayectoria profesional.
