viernes, 30 de noviembre de 2018

Con el marciano Salud-Tiano.



Con nuestros amigos y amigas del CC Carmen Salles hemos realizado una actividad sobre educación para la salud. Higiene, alimentación, descanso y actividad física son las cuatro patas de la mesa que sustenta nuestro bienestar físico.

Cada uno de esos aspectos los vamos trabajando de un modo práctico con los más pequeños bajo la atenta mirada del único ojo de Salud-Tiano. 

Ciencia sobre la mesa.

Hoy realizamos en el IES F. García Lorca de Churriana de la Vega la actividad "Física y Química divertidas". Ponemos sobre la mesa más de treinta experiencias sencillas que vamos desgranando.


Los chicos y chicas necesitan sacar la teoría de los libros y experimentar. Es un modo muy adecuado de familiarizarlos con el pensamiento científico y de pasar un rato divertido.

jueves, 29 de noviembre de 2018

La Ser en la Burbuja


Seguimos contribuyendo a la dinamización de la acción de street marketing "Recicla y Respira: una burbuja de aire puro"

Hoy se realizó un programa de radio desde su interior.


Recapitulando en Santa Adela



Hoy realizamos una actividad de conclusión donde se recapitula lo aprendido en el itinerario de interpretación "Mi barrio, un trocito de planeta".

Entre todos montamos un mural con fotos realizadas de cosas que gustan y disgustan. Y se enfatiza la idea de que nuestros actos locales tienen repercusiones globales a través de la realización de simetrías en las alas de unas mariposas.

Además, elaboramos un marca-páginas donde se destaca que en el lugar en el que vivimos hay dos elementos a comprender: el continente, nuestro hábitat y el contenido, los vecinos. Enfatizamos el valor de la diversidad y la importancia de un barrio habitable, saludable y solidario que nos haga felices.

Por último, escribimos una carta al alcalde en la que le pedimos, educadamente, mejoras para Santa Adela. La firmamos y se la haremos llegar.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Mnatenimiento en la Abadía del Sacromonte.


Hoy la ruta de mantenimiento tuvo como destino el entorno de la Abadía del Sacromonte.

Es uno de los lugares imprescindibles si visitas Granada. Este magnífico templo se localiza en el tramo final del camino de las siete cuestas, en la cumbre del Monte Valparaíso. Data del siglo XVII.

El edificio consta de tres partes: la abadía, el seminario y la colegiata. Debajo de la iglesia se encuentran las catacumbas, donde, según cuentan,  sufrió martirio San Cecilio, primer obispo y hoy Patrón de Granada. En este lugar donde se yergue la Abadía se encontraron unas placas de plomo (Los libros plúmbeos) que relataban el martirio de San Cecilio, San Tesifón y San Hiscio (vaya nombrecitos). El edificio principal albergó una de las primeras universidades privadas de Europa. En ella se estudiaba derecho, teología y filosofía.

Lo más notable de este conjunto arquitectónico, son los extraordinarios artesonados mudéjares de la nave central, del crucero y de la Capilla Mayor, así como la techumbre renacentista de la primera de las diez capillas, todos ellos realizados por Juan Vílchez.

Gran parte del patrimonio de La Abadía del Sacromonte se vio afectado por el gran incendio que tuvo lugar en septiembre del 2000.

Ruta 9. La Ermita del Almecí.


Hoy recorremos, en un día otoñal muy soleado, la Dehesa del Generalife y los parajes custodiados por los valles del Darro y del Aguas Blancas, el entorno de la Ermita del Almecí.


Desde Plaza Nueva subiremos, por la Cuesta de los Chinos o por el Bosque de la Alhambra a el cementerio. Desde allí, por el Camino Primitivo (arranque de la Vereda del Barranco del Abogado) ascenderemos al Llano de la Perdiz.


Cuando este camino corta con la pista forestal que sube al Llano, tomamos una estrecha y sombreada vereda que nos conduce, entre pinos, al Reloj de Sol. El perfil de Sierra Nevada es un trazo en el cielo que forma parte de nuestras vidas.


Desde aquí caminamos hasta los Arquillos, un antiguo acueducto que conducía el agua del río Aguas Blancas a la vertiente del Genil en un intento de aliviar la fiebre del oro granadina. Las encinas y coscojas están preñadas de bellotas y las efímeras pero abundantes setas nos confirman que es buen año para los hongos.

Un grupo acorta la ruta bajando a Cenes de la Vega desde donde toman el bus o regresan junto al Genil hasta Puente Verde.


El resto toman una vereda paralela al carril que parte dirección Dudar. Al pasar una curva en ascenso, tomamos una pista a nuestra izquierda.

Después de pasar varias barranqueras, llegamos a un cortijo con más de cien años, el Cortijo de Belén (1882). Toda esta zona está poblada por numerosas encinas y almeces.


Seguimos nuestro camino hasta la Ermita del Almecí. Cada año, el día de Todos los Santos,  se celebra la Romería del Santo Almecí también conocida como el Santo Belloto; participan los vecinos de Dúdar y de otros pueblos colindantes como Quéntar, Cenes de la Vega, Pinos Genil o Beas de Granada.

Proseguimos hasta desembocar por otra cancela en el carril de Dudar, tomándolo a nuestra izquierda  para iniciar el camino de bajada hacia este pueblo.

Pasaremos junto a uno de los restos más espectaculares que quedan en pie del famoso Canal de los Franceses. La bajada hasta el pueblo tiene tramos bastante pendientes pero por una pista con buen firme.

De nuevo me demostráis que tenéis un paso decidido.

martes, 27 de noviembre de 2018

El día del docente en una escuela de Santa Adela



Hoy hemos pasado el Día internacional del Docente (27 de noviembre - San José de Calasanz) con un grupo de niños y niñas de la escuela Reyes Católicos del barrio de Santa Adela (Granada).

Estuvimos realizando la actividad "Mi barrio, un trocito de planeta", un paseo por las calles y placetas del barrio donde está ubicada esta pequeña escuela.

En el recorrido viajamos al pasado y al futuro conociendo los entresijos de este lugar del Zaidín. Realizamos múltiples paradas de interpretación en las que realizamos actividades diversas, algunas de ellas guiadas por el cuaderno de notas.


Y interaccionamos con la gente de modo que surjan momentos improvisados y únicos; una mujer que barre la puerta de su casa, un señor mayor que fue monaguillo en la iglesia del barrio, un barrendero municipal que lucha con el otoño, un señor que recoge la caca de su perro, unas señoras mayores que descansan en un banco...



Nos ha resultado muy gratificante ver lo educados y participativos que son los niños de esta escuela en la que la interculturalidad es una realidad. Enhorabuena, en este día, a los docentes de esta pequeña gran escuela de barrio que tiene  que hacer apasionantes equilibrios para conseguir esos excelentes resultados.

lunes, 26 de noviembre de 2018

Aprendiendo en el Cerro del Sol


Hoy el Cerro del Sol y la Dehesa del Generalife se han convertido en la escuela de niños y niñas de 4º de educación primaria del CEIP Virgen de la Cabeza de Churriana.


A través de esta actividad pretendemos acercarnos a este parque periurbano con un objetivo doble: (1) conocer el bosque mediterráneo y el patrimonio histórico de estos montes y (2) recolectar semillas para su posterior germinado en el invernadero de la escuela. Y además, disfrutar del caminar por un entorno natural tan cercano a la Vega.

La Dehesa del Generalife cobija un rico patrimonio natural que tiene catalogadas más de 200 especies vegetales y 111 animales, pero también encierran numerosos e importantes restos a través de los que se vislumbra la riqueza arqueológica que el paraje ha heredado de la época nazarí. Entre ellos destacan el Albercón del Negro, las ruinas del Palacio de Dar Al-Arusa, el Aljibe de la Lluvia o la Silla del Moro.

En 1995 fue declarado parque periurbano con una superficie de 450 hectáreas que rodean al Conjunto Monumental de la Alhambra.


Partimos del Cementerio de San José, subiendo por el Camino Primitivo. Pasamos por el Aljibe de la Lluvia y continuamos la vereda hasta llegar al Llano de la Perdiz. Allí realizaremos un recorrido circular por la umbría y la solana del Cerro del Sol. Contemplamos Valparaiso y el Darro y el Valle del Genil con el Cerro del Oro en primer plano.


Y recogemos semillas de coscoja, encina y algunos arbustos mediterráneos (jara, jaguarzo y enebro).

sábado, 24 de noviembre de 2018

Cuevas y cimas de la Sierra de Huetor.


Un claro entre los días de lluvia de este otoño nos permite disfrutar de una maravillosa mañana de senderismo. Dejamos atrás, encajonado en la Vega, un mar de nubes bajas. La niebla se disipa y sale el sol iluminando la Sierra de Huetor.

Comenzamos en Viznar para dirigirnos al Barranco de Víznar. Pasamos junto a las ruinas de las Colonias y a la acequia Aynadamar que de vez en vez supera las barranqueras por antiguos puentes de piedra. Cruzamos la fosa común de la Guerra Civil española. Nos detenemos y, aunque sea invisible, allí la niebla no ha desaparecido.


Desde aquí parte una vereda a la izquierda que asciende entre pinos y romeros y tomillos para desembocar en la carretera, a unos metros del Área Recreativa de Puerto Lobo. Ascendemos por una escalera apropiada para gigantes hasta llegar al centro de Visitantes.

Tomamos la pista forestal de la Alfaguara. El perfil de Sierra Nevada separa el cielo azul del blanco de la nieve recién caída. Antes del desvío que nos llevaría a la Cruz de Viznar, nos desviamos a la derecha.


Tomamos algunas trochas que acortan el camino marcado por la pista forestal. Cuando esta hace un giro de casi 180 grados, aparece una estrecha vereda a la izquierda junto un viejo pino. Ascendemos para aparecer junto un prado de montaña donde encontramos la poco conocida Cueva del Gato. En su interior escuchamos el silencio solo interrumpido por las lágrimas que caen rítmicamente de la roca.


Tras reponer fuerzas retornamos a la pista de la Alfaguara y nos adentramos por una vereda en ascenso por el Barranco de la Umbría. Aquí encontramos, a la sombra de un tupido y viejo pinar, la placa homenaje a un montañero. Nos encontramos con pinsapos, árboles muy singulares de esta sierra. Aunque no son autóctonos, son bienvenidos.


La llegada al Collado de Víznar se agradece tras el esfuerzo realizado.  Las vistas de la Vega son impresionantes. Subimos hasta la Cruz de Víznar, lo cual requiere una corta pero esforzada escalada rodeando el torreón; este último empujón merece la pena teniendo en cuenta las excepcionales vistas que encontramos en la cima, donde se yergue la Cruz que da nombre al sendero.


Tras haber disfrutado la sensación de la altura en la Cruz, descendemos por el mismo camino hasta el collado.  Tras esta visita nos espera un pronunciado descenso por la solana de la Cruz de Víznar, a lo largo del cual la senda se ha estrechado y discurre bordeando un roquedo dolomítico. La senda termina en Puerto Lobo.

Desde allí continuamos por la carretera hasta el pueblo.

viernes, 23 de noviembre de 2018

No permitas que nadie te pise.



Damos la enhorabuena al IES Blas Infante por la iniciativa relacionada con el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer del próximo 25 de noviembre.

Comerse el coco con la comida.


Hemos realizado en el IES Blas Infante unas charlas sobre hábitos saludables relacionados con la alimentación.

La actividad consta de una charla participativa sobre alimentación y un taller de elaboración de una tapa.

En la charla lanzamos una serie de reflexiones que deben hacernos pensar sobre la problemática de nuestra alimentación, que ha pasado de regirse por el común sentido de la biología y a hacerlo según los patrones culturales en los que nos vemos inmersos. Nos sobrevuelan problemas globales como la desnutrición o el derroche de alimentos y específicos como la obesidad infantil o la bulimia y anorexia en adolescentes.

Hay un instante para los problemas derivados de la conservación de alimentos, del mercado global, de la publicidad engañosa, del etiquetado o el juego sucio en relación con alimentos destinados a los niños y niñas.

Además, damos las claves de ese patrimonio inmaterial de la Humanidad que es la dieta mediterránea.

En el taller pretendemos que, por una vez, comamos primero con la cabeza y luego con la boca.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Ruta 8. Montañas y lagunas de El Padul.


En esta ocasión  nos dirigimos hacia el sur por una ruta milenaria que unía Iliberris con la antigua Sexi.  Dejamos atrás el lugar donde el Rey Boabdil contempló por última vez y lloró su  reino perdido y nos encontramos con un privilegiado lugar situado en la vertiente suroccidental del macizo de Sierra Nevada. Estamos en Las Lagunas y montes de El Padul.


Todos echamos a caminar desde la antigua estación del tranvía de esta localidad. Unos tirarán para la húmeda vega para recorrer las lagunas y otros marcharán hacia las montañas para alcanzar la Cruz de la Atalaya. Nada más comenzar comienza a llover, pero no es suficiente como para amedrentar a estos caminantes.


En la vega del Padul realizaremos un itinerario sin cuestas por un terreno parcialmente labrado, salpicado de pequeñas lagunas y manantiales que vierten sus aguas a unos canales de drenaje denominados localmente “madres”. La importancia de este lugar es grande, al ser el único humedal natural de la provincia de Granada. Además, cuenta con una peculiar turbera, la más meridional de Europa, en la que suelen aparecer con relativa frecuencia huesos de mamut.



Salimos de la Calle Real y nos encaminaremos hacia la laguna del Ojo Oscuro. Desde allí nos adentramos por las sendas trazadas por el entorno de la laguna del Aguadero. Posteriormente atravesaremos la vega del Padul en dirección a la Turbera Agia. Siguiendo la linde de una madre llegaremos hasta el Arroyo Viejo y la Fuente del Mal Nombre. En este curioso lugar, junto la ladera del Cerro de los Molinos, visitaremos las huellas del camino ibero-romano. Finalmente nos encaminaremos hacia el pueblo del Padul por el Camino de los Molinos. 
  

Los que tiran para el monte caminarán por la vereda de los gudaris, llamadas así por que estos caminos fueron trazados por por soldados vascos presos durante la guerra civil, en la cárcel instalada en la casa solariega del Padul conocida como Casa Grande. Antes visitamos este edificio así como la Iglesia de Santa María la Mayor.



El trazado coincide con el límite del espacio natural de Sierra Nevada. Después de cruzar varios barrancos por unos diques bien conservados, se inicia una subida dura y zigzagueante que salva un desnivel de unos 230 metros.


Hemos llegado a la cañada de la Atalaya. Se continúa por un cortafuegos que nos conduce a la cruz de la Atalaya (1240 m). Una centena de metros más abajo se encuentra el mirador del Padre Ferrer, donde un monolito deja constancia de la admiración de los montañeros hacia la figura de este hijo predilecto del Padul. 

Tras merendar en un abrevadero, llamado de los Albatrales, bajamos por la vereda de los gudaris hasta llegar de nuevo al Padul. El camino serpentea por una espectacular masa de pinos de intensos colores debido al agua caída.