Finalizamos el módulo III de senderismo de Casa de Porras con un regalo, una ruta hasta los Lagunillos de la Virgen.
Si recorremos el Planeta encontramos otras “sierras nevadas”. Una en Santa Marta, en el caribe colombiano, las montañas costeras más altas del planeta. Otra en California, con los grandes bosques de secuoyas gigantes. Pero ninguna tan alucinante como el gigante de piedra que cabalga entre las provincias de Granada y Almería, nuestra Sierra Nevada.
Este macizo es un ejemplo de riqueza y diversidad natural. Diverso es el adjetivo que antecede a su clima, morfología, geología, flora y fauna, lo que la convierte en un lugar maravilloso y a la vez delicado que entre todos debemos cuidar. Todas las grandes montañas, y Sierra Nevada no es una excepción, son gigantes de piedra imponentes que se sostienen en pies de barro. Esta imagen responde al hecho de que los ecosistemas de montaña son muy vulnerables ante los distintos vectores de deterioro ambiental.
En 1986 declararon este espacio como Reserva de Caza, en 1989 lo denominaron Parque Natural (171.649 hectáreas) y en 1999 lo convirtieron en el Parque Nacional más extenso y joven de España (86.208 hectáreas).
Nuestra ruta parte de Borreguiles, tomando el comienzo de la cuerda del Veleta, en el lugar donde nos encontramos con el monumento a la Virgen de las Nieves.
Daremos comienzo a nuestro caminar con la leyenda de su aparición a un cura de Válor y a su criado. Ocurrió en 1717, cuando una gran tormenta les sorprendió en su marcha desde las Alpujarras a lomos de un burro.
Atravesaremos las pistas de esquí, donde apreciaremos el fuerte impacto de la industria de la nieve sobre la sierra, y bordearemos el Observatorio Astronómico y el Radio Telescopio.
Llegaremos así a la Laguna de las Yeguas (2.882 m). Esta laguna sufrió desde 1970 a 1976 una serie de obras destinadas a embalsar el agua. Paso de tener una superficie de 5.400 m2 a alcanzar los 31.500 m2 perdiendo su aspecto natural y gran parte de su belleza.
Proseguiremos nuestro camino hasta los Lagunillos de la Virgen (2.938 m), que no han perdido nada del encanto de estos vestigios del pasado glaciar de la sierra. Allí es primavera y multitud de flores endémicas colorean los borreguiles.
Bajamos a visitar las preciosas lagunas de la Ermita que recogen las aguas que bajan del Cartujo.
Luego ascendemos de nuevo a los Lagunillos de la Virgen donde comemos y disfrutamos de una temperatura de ensueño. Cerca un rebaño de ovejas hace lo propio.
Regresamos por las mismas veredas al tiempo que el cielo, hasta el momento azul, comienza a cubrirse de nubes.
Pasada la Laguna de las Yeguas que ha virado su color, nos desviamos para visitar el observatorio astronómico.
Mil gracias a este grupo de senderismo que ha acompasado pasos y conversaciones muy gratificantes. Feliz verano.
