martes, 5 de mayo de 2020

La Bruja y el Relojero



Cada uno de nosotros vive en su pequeño asteroide, con sus luces y sombras. Trazamos arco iris hacia otros planetas del sistema solar donde la mezcla de los colores del azar y la voluntad nos ha colocado. Puentes que nos enseñan a ser mejores, a admirar nuestras potencialidades y a ser amables con las debilidades que también nos pertenecen; puentes que comunican y alteran algo nuestro eje de rotación. Vínculos que no deben anclarnos; al contrario, nos ayudan a girar y girar y girar…

Así termina este cuento que representamos a través de un espectáculo de guiñol. Lo inventamos hace bastantes añitos para trabajar la falta de puntualidad en los colegios de la Zona Norte de Granada donde se sufre un alto absentismo escolar. Pero creció y se incorporaron muchos otros contenidos.

Así termina este cuento, pero como era un planeta extraño, el acento final de la narración es maravilloso y está acompañado por un coro de pajarillos, gallinas y cabras.


Sigamos girando para, con la colaboración de todos, conseguir salir adelante.

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