A comienzos de septiembre, en el inicio de las fiestas del barrio del Zaidín, un viejo pirata y una piratilla llena de encanto, realizaron un cuento en la recién extrenada Biblioteca Francisco Ayala, "Cuentos de papel y arena".
La sala donde se realizó la representación estaba a rebosar de personitas deseosas de historias, de un público acompañante que en su mayoría compartían la fustración de que esta biblioteca fuera la excusa para cerrar la Biblioteca del Zaidín, la de la Plaza de las Palomas, espacio para la cultura y el encuentro que la actual biblioteca no podrá sustituir.
Su mayor luminosidad y amplitud de espacios no podrá eclipsar la labor a pie de barrio que atesoraba la biblioteca de una plaza a la que los cuentacuentos tenían especial cariño; tal vez por que nuestras cabezas, llenas de pájaros, se encuentran a gusto entre las palomas.
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