En el Otoño Ciempiés cuenta bastante; Duendes y Setas, El Espantapájaros que quería volar y El Viento Tarambana.
Este viento inquieto, caprichoso y juguetón entró en el colegio Santa María del Llano, alterando, como es su intención, el quehacer cotidiano de los niños y niñas de infantil. Mientras jugabamos con la tela de colores dentro de la clase, una niña, con los ojos muy abiertos y las manos en la cabeza y en las mejillas alternativamente, daba saltitos y gritos callados. Era tanta su emoción que parecía que iba a reventar como un ciquitraque de un momento a otro. Ese gesto compensa muchos esfuerzos e impagos.
Y ese mismo día, el viento también visitó tierra de "conciliaciones", el mundo de los pleitos mentirosos y miserables, lanzando papeles por la ventana, arrancando las caretas de los tristes oportunistas y levantando disfraces para mostrar las verdades.
¡Gracias Tarambana!
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