jueves, 1 de diciembre de 2016

Luces y sombras


Contar cuentos no es un sencillo divertimento.

En ocasiones a los cuentistas el pequeño publico nos lo pone complicado. Y no es una cuestión de tamaño sino de actitud; también tal vez de aptitud. Nula capacidad de atención, charlatanería desbocada, inquietud descontrolada...

Si los docentes allí presentes no lo remedian, el cuenta-cuentos debe parar la narración y dedicarse a poner un poco de orden. Las marionetas se esconden o se detienen perdidas en instantes para ellas incomprensibles. No es nuestro cometido, te corta el rollo mogollón, pero ante todo somos educadores, no simples pregoneros o trovadores ajenos a lo que les rodea.

Hoy contamos dos veces "El Bosque de la música" en el C. Amor de Dios. El primero, con los de primero, fue pelín complejo. Como cuando hay aire en las tuberías, el grifo vertía el cuento con continuas interrupciones.  Pero el segundo, con los de segundo, trascurrió sin problemas, propiciando un disfrute compartido.

Sombras y luces con las que debemos lidiar.

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