lunes, 22 de marzo de 2010

Cazadora de nubes


Como cuentistas educados, hemos dado la bienvenida a la Primavera dedicándole un relato para niños de tres, cuatro y cinco añitos del colegio San Miguel de Armilla.

Desde la cesta de su globo, la cazadora de nubes saluda a los niños. El suyo es un oficio peculiar: observar con su catalejo un fugaz rabo de nube, fotografiar brisas despistadas, despertar tormentas con su tirachinas, restar gotas que se difuminan al pretender el sol y sumar aquellas que por nostalgia de oceano se condensan y caen. Ocurrió algo increible. Al atravesar el arco iris, mezclando sin pauta sus colores, algo ha caido sobre su globo, perdiendo altura hasta aterrizar en el patio de la escuela.

El resto te lo imaginas.

Nuestra enhorabuena a Teresilla; la primera vez nunca se olvida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

De un cazador de nubes a otra: es verdad que no se olvida. Una vez disfrazada, disfrazada siempre.


Juan