jueves, 4 de marzo de 2010

¡Cuanta agua!


Tras este invierno pasado por agua, un entorno que ningún amante de la naturaleza debería perderse son las Lagunas del Padul, la única zona húmeda natural de la provincia de Granada. El agua ha recuperado su territorio regando a manto los campos de cultivo, cicatrizando con su lámina de cristal líquido las canteras para la extracción de la turba, sitiando caminos y veredas y burlándose del drenaje de las madres.

Hoy, con los niños y niñas de 5º y 6º del C.P. Virgen de la Paz de Gojar, hemos atravesado la vega del Padul, el dominio del carrizal y las lagunas. Esquivando charcos, saliendo de fangos movedizos, mirando de reojo el cielo gris con el temor inminente de que se desplomase sobre nuestras cabezas, nos hemos identificado con este paisaje (algunos de carácter ciertamente patoso, han alcanzadó, tras rebozarse en el oscuro fango, grados preocupantes de identidad con el entorno). Bandadas de garzas y garcillas, parejas de anades reales y patos colorados y la ruidosa e innombrable polla de agua, volaban despovoridos ante nuestra no precisamente silenciosa presencia.

Ni en la laguna ni en mi alma hay sitio para una gota de agua más.

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