Caminaremos entre los pagos de la Acequia Arabuleila y la Acequia Tarramonta, algunos tramos siguiendo un carril –bici peatonal del entorno de la Vega de Granada.
Aprovechamos el recorrido para denunciar el abandono de nuestra Vega: escombros, vertidos en las acequias milenarias, desinterés por los caminos rurales, edificación descontrolada, ... Una pena.
Pero intentamos al tiempo disfrutar del paseo entre tierras de labor sobrevoladas por tórtolas y garcillas bueyeras: ajos, habas, alcachofas, coles, escarolas, ...
Partimos del CC Memoria de Andalucía; recorremos el parque que lo delimita, el Parque Quico Medina y pasamos bajo la Circunvalación para dirigirnos a la ribera del Monachil. Varios cortijos derruidos, con sus palmeras heridas por el picudo rojo, nos recuerdan lo que fue este entorno rural. Recorremos su margen hasta llegar al Genil, donde tomaremos la Vereda de la Requica.
Pronto nos encontramos con la Acequia Tarramonta que nos conduce hasta el Camino del Baño, ya en el municipio de Churriana de la Vega.
Visitamos el exterior de los baños árabes que dan nombre al camino y sirvieron para estabular el ganado durante muchos años. Y curiosamente, pese a que el Ministerio de Cultura no se decide a su restauración, son los mejor conservados de la provincia.
Nos dirigimos, tras caminar por la Acequia Arabuleila, al Camino del Cementerio que desemboca en el Camino de Cámara. Llegamos al Cortijo del Pino, donde, visitamos su patio central y saludamos a Concha. Hacemos una parada en el aula rural colindante para tomar el almuerzo rodeados de gallinas, patos y contando con la grata compañía de Gustavo y Catalina, el cerdo y la oveja dueños del corral.
De nuevo tomaremos la linde de la Tarramonta que nos lleva a la ribera del Dilar, ya en el muc¡nicipio de Vegas del Genil. Las vistas de la Sierra desde la planicie de la Vega son impresionantes. Desde allí nos dirigiremos hacia su encuentro con el Genil. Desviamos nuestros pasos unos cientos de metros para visitar el Puente de los Franceses (siglo XIX), testigo del caprichoso deambular de los ríos vegueros.
Tras cruzar el Genil, regresaremos a Granada por su margen derecha para desembocar de nuevo en el punto de partida. Y aprovechamos este rectilíneo regreso para tomar nota de la receta de la jornada que nos proporciona Ángeles, lomo al vino dulce.
Freímos cebolla hasta que queda bien pochada. En otra sartén, con el aceite muy caliente, sellamos la pieza de lomo enharinada, que hemos dejado previamente macerando con pimienta, romero, tomillo y sal. Es importante que quede doradito por fuera. En una cacerola ponemos el lomo y la cebolla; el aceite lo escurrimos bien. Añadimos un buen vaso de vino dulce de Málaga.
Lo dejamos cocer a fuego muy lento como 15 minutos por cada cara. Luego retiramos la cebolla y la pasamos por la batidora junto con el caldito, obteniendo así la salsa. Cortamos el lomo y se sirve con la salsa, unas pasas y unos piñones.
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