viernes, 27 de febrero de 2015

Historias de Chocolate


Nuestro trabajo es a menudo dulce como el chocolate. El jueves pasado realizamos en el colegio Regina Mundi la actividad Historias de Chocolate.

Comenzamos con una escenificación en la que se cuentan varios cuentos ligados por el chocolate. Nuestros mejores cuenta-cuentos son los abuelos y abuelas, sobre todo si sus historias son narradas al compás del cazo removiendo el chocolate. Su aroma nos envuelve, nos transporta al corazón de cada historia. Historias en países exóticos, historias melancólicas de amor, historias de misterio.

Tras esta introducción guiada por la abuela Tere, sorda, dormilona y cuyo corazón de bombón late para contar, cada clase realiza su propio cuento cooperativo, la narración y las ilustraciones.

Resulta especialmente interesante contar historias de miedo a niños y niñas de seis y siete años; debes caminar por una estrecha vereda de modo que haya tensión sin excesos.
El tono de voz, los gestos, los silencios, el vocabulario, crear ambiente y romperlo para provocar la sonrisa ... debemos ir modulando una narración misteriosa sin provocar malestar en nuestros escuchantes aun poco curtidos.

Gracias a Patri por las fotos.

miércoles, 25 de febrero de 2015

Miradas.

La mirada de un niño. El privilegio de su sorpresa y atención. La satisfacción de sentirte ilusionista, de que comprendan y se apasionen con tus pases de magia.

En ocasiones debemos adaptar recursos en principio diseñados para niños y niñas de educación primaria a el nivel de la educación infantil.
Es un reto traspasar el espejo e intentar mirar desde un ojo que a lo sumo tiene cinco años. ¿Qué te interesa? ¿Qué palabras muy explicadas debo utilizar? ¿Cuál es el abracadabra de la metodología? ¿Tengo la capacidad de improvisación suficiente para girar la veleta del recurso en función de esos vientos tan frescos como imprevisibles?

En esta ocasión preparamos una salida a las Lagunas del Padul. El agua, el pueblo del profe, molinos que fabrican harina, un suelo negro, montañas rotas, las plantas de la laguna, patos viajeros que se enamoran, cangrejos que no deberían estar aquí, paseamos en el tiempo, hombres peludos que cazan mamuts, ver lo que esta lejos, los mapas, bolas vomitadas y cacas que cuentan historias, el grande se come al chico, ... Temas que se entrelazan y dibujan un collage de curiosidades.

Una fortuna tener un trabajo así. Agradecemos a la seño Margarita las fotos realizadas.

La Ermita del Cristo del Zapato.

Subida a una de las ermitas más populares del Valle de Lecrín, la del Cristo del Zapato. Magnífica ruta de que partiendo desde la localidad de Restábal, municipio de El Valle, nos lleva hasta la cima del cerro de Chinchirilla. Un reto cumplido para muchos y muchas de mis senderistas. Enhorabuena. 

Comenzamos la ruta en Restabal, concretamente en la fuente-monumento situada al comienzo de la Calle del Calvario, con la representación de los Municipios de El Pinar: Estaba (Restábal), Sal (Saleres) y Elegí (Melegís); expresión artística al menos curiosa e intrigante. 

Esta calle es bastante pendiente, por algo también se conoce como Cuesta Fuerte. Subimos dejando la Ermita de la Virgen del Cerro y el Barranco de las Arenas a la derecha. Los almendros en flor nos dan la bienvenida a nosotros y a la futura primavera. El delicado blanco y rosa contrasta con sus duras y oscuras cortezas.

Llegamos a un cruce en el que tomamos la pista de la izquierda, en dirección al Valle Scoutt. Una vez rebasado este, continuamos al frente. La pendiente nos da un respiro. Iremos pasando por zonas de pinares y por campos de olivos tan viejos como los caminos que pisamos. 
  
Al encontrarnos con el siguiente cruce no tomamos ni la pista de la izquierda ni la que continua al frente (por la que retornaremos); nos salimos de la pista para tomar una pequeña vereda que entre pinos va subiendo moderadamente hasta situarnos a media ladera. Es un apretado pinar bajo el cual crecen enebros de misteriosas formas.

Esta bonita vereda nos conduce, tras cruzar un arroyo y un cortafuegos hasta la serpenteánte subida a la Ermita del Cristo del Zapato, en el Cerro de la Chinchirilla. Nos sitúa aproximadamente a un tercio del ascenso. En 2 Km de subida, tendremos que salvar un desnivel de 300 m con una pendiente media del 20%. Llegado a este punto quien está cansado se deja caer a Pinos del Valle (es importante que sepamos medir nuestras fuerzas); los demás subieron con tranquilidad hasta la Ermita. A medida que ascendemos el viento sopla con más fuerza. 

Esta ermita, acompañada por una gran cruz, fue restaurada recientemente después de que en febrero de 2009 le cayera un rayo. No solo blanquea la ermita sino las piedras adyacentes. En las escaleras que te alzan hasta ella los senderistas anudan trenzas de esparto que han ido trenzando en la ascensión. Es un lugar mágico y acogedor; la ermita siempre está abierta y permite al visitante refugiarse en su interior.

En su interior se encuentra el cuadro del Santo Cristo del Zapato. Una imagen amable de un Cristo crucificado atípico, vestido de sacerdote, con un zapato puesto y otro quitado, acompañada de los patrones de Pinos del Valle, San Roque y San Sebastián, que se venera en Pinos del Valle desde el 9 de octubre de 1791. 

Lienzo que, según cuenta la leyenda, fue encontrado por un pastor en este mismo enclave;  lo bajó hasta el pueblo pero el cuadro siempre volvía al cerro, así hasta tres veces, lo que fue entendido como el deseo del Cristo para que se le construyera aquí una ermita. 

Las vistas al Valle de Lecrín, son impresionantes ,viéndose también Sierra Lujar y la Alpujarra. El viento no es un buen compañero en las alturas y decidimos dirigirnos a lugares menos ventosos. 

Bajamos hasta el pueblo de Pinos del Valle desde donde retornamos por una pista forestal hasta el cruce anteriormente citado. Y allí tomamos una pista a la derecha que nos conduce hasta la carretera que une Restabal con Pinos del Valle. Caminamos un par de kilómetros entre naranjos y limoneros. 

Cuando estamos llegando a Restabal, una pista a la derecha nos conduce a un algarrobo centenario, el Algarrobo de la Ermita. Entre cítricos y olivos, este magnífico árbol se engarza a la roca con un retorcido tronco; sus ramas lloronas rozan el suelo de dos eras de trillar entre las que se encuentra. Es un árbol de cuento. 

Y la receta de hoy nos la regala de nuevo Regina: atún con bechamel. 
Escurrimos un par de latas o tres de atún al natural y hacemos con el un lecho en un recipiente para el horno. Por otro lado, pochamos abundante cebolla y añadimos tres o cuatro cucharadas de harina. Tras dorarla un poco, vamos añadiendo poco a poco un litro de leche hasta tener una bechamel sin grumos. Le damos un toque de sabor con la nuez moscada. Vertemos la bechamel sobre el atún y tras espolvorear queso por encima, lo gratinamos. Este mismo plato podemos hacerlo mezclando el atún con coliflor cocida y desmenuzada. 

lunes, 23 de febrero de 2015

Un collage de experiencias.


En esta ocasión, en Proyecto Integrado hemos estado realizando un control relativo al estudio de la idoneidad de distintos sustratos para el cultivo de lombrices de tierra, concretamente de Eisenia andrei, la lombriz roja de california.



Tras desmontar cada uno de los recipientes de experimentación extrajimos las lombrices y, una vez limpias, las pesamos. Determinamos así el número, el porcentaje de cliteladas y el peso total en cada uno de los tratamientos.




Además revisamos otras experiencias: la descomposición de la materia orgánica en distintas condiciones, el fototropismo, el efecto de la acumulación y el geotropismo.

Poco a poco estamos estableciendo un complejo collage de experimentos.

jueves, 19 de febrero de 2015

Yellow-man y Yellow-woman en acción

La Campaña pon un Plastichín en tu vida está en marcha. Motril, Salobreña, Almuñecar y Armilla han sido las primeras localidades que han recibido nuestra visita.

Poco a poco iremos poniendo un cubo de Plastichín el los hogares de muchos granadinos y miles de sonrisas en los niños y niñas de las escuelas a las que vamos.

Fijaros que gran interpretación la de Patri.

¡Pon un Plastichín en tu vida!



El Plátano de la Cacería de Santo Domingo.

En esta ocasión hacemos una pequeña ruta por la vega de Huetor.

Salimos de los Escolapios y nos dirigimos por la Avenida de Cervantes y la calle Jose Tamallo hasta el Camino de las Conejeras. Cruzamos por encima del túnel del Serrallo y nos desviamos por una vereda a la derecha que nos conduce entre olivos hasta un gran árbol catalogado digno de admiración.

Es el  Plátano de la Cacería de Santo Domingo. Su interés reside en el tamaño y la forma. Tiene unas dimensiones colosales, concretamente una peana enorme de la que nacen dos pies soldados por el transcurrir de los años. Los dos pies tienen unos perímetros de 3,10 y 5,50 metros medidos a 1,30 del suelo respectivamente.

Hay resquicios de la existencia de una escala, para encaramarse entre ambos brazos, que se elevan para dar una soberana talla de casi 29 metros de altura. Un pequeño ramal pasa bajo sus raíces por lo que el agua nunca le ha debido de faltar.

Bajamos por el Carril de Santo Domingo y tras pasar la calle Acequia cruzamos el Camino Bajo de Huétor. Pasamos por el Cortijo de Argaez y tomamos un camino que va penetrando en la vega, el Camino del Algarrobo.
Las acequias a veces nos siguen en paralelo. Llegamos a un cruce en el que una gran piedra o "tanto" marca el limite entre Granada de Huetor Vega.

Tomamos el camino a la izquierda. Caminamos hasta llegar a otro cruce; esta vez tomamos el carril de la derecha, el llamado Camino de los Abencerrajes. Cruzamos la carretera que va hacia Cajar y pasamos sobre el Río Monachil por un improvisado puentecillo de tablas.

Seguimos el camino dejando a un ambos lados campos de ajos, coles y alcachofas. En el horizonte La Silleta del Padul. Llegamos hasta el Barrichuelo y seguimos hacia delante pasando entre cultivos de caquis y viñas. Nos encontrarnos con un abrevadero perdido ahora en la entrada de un polígono industrial de la Zubia. La vega desaparece.

Tomamos un camino a la izquierda para dirigirnos hacia Cajar. Pasamos junto al Colegio Lux Mundi y tomamos un carril asfaltado que nos conduce de nuevo a la carretera de Cajar. Cruzamos el Monachil y atravesamos la carretera llegando al Camino del Zute que nos conduce de nuevo al Camino Bajo de Huetror.

Lo seguimos hasta Granada, pero antes hacemos una parada en la antigua estación del tranvía de esta localidad.


miércoles, 11 de febrero de 2015

Pon un Plastichín en tu vida.

Hoy comenzamos una nueva aventura. Iremos llevando la campaña "Compromiso amarillo. Pon un Plastichín en tu vida" por distintos pueblos de la Provincia de Granada. De nuevo vamos de la mano de la Diputación de Granada, Efecto Global y Baby Dog

Leo, al volante del autobús amarillo, nos llevará a distintas localidades. Por la mañana trabajaremos en los centros escolares contando la importancia de reducir la basura que producimos y de utilizar adecuadamente los contenedores de recogida selectiva. Y, como no, pondremos el acento en nuestro amigo Plastichín. 


Por la tarde, con los padres o madres y su compromiso amarillo, irán a recoger un cubo de Plastichín.

El objetivo de esta campaña es aumentar la recogida en origen de los envases ligeros, destinados al contenedor amarillo, especialmente en las zonas rurales. La meta marcada es recuperar 10 kg por habitante en el año 2015 partiendo de los 7,8 kg/hab/año que se recuperaron en 2013.

Más información en www.compromisoamarillo.es

Folleto de la campaña.

Dossier informativo. 

Ruta Cueva del Agua - Cruz de Viznar.


Una solitaria cruz, que corona el Collado de Víznar, y una cueva moldeada por el agua, dan nombre a este sendero con vistas a los recortados valles de la Sierra de Huetor y con espléndidas panorámicas de la Vega de Granada y Sierra Nevada.

Desde Viznar y disfrutando del sol matinal de febrero, caminamos hasta el Área Recreativa de Puerto Lobo.

Seguimos la pista forestal de la Alfaguara dejando a la derecha el ascenso entre pinares del Barranco de la Umbría. También ignoramos a la izquierda la senda de la Cueva del Gato.

Seguimos ascendiendo hasta el Mirador de Viznar, donde descansamos contemplando el precioso Valle del Darro.


Es como un collage: con papeles de distintas texturas recortamos perfiles serranos y los superponemos unos sobre otros; y al fondo, alzándose hasta alcanzar las nubes bajas, el deslumbrante perfil de Sierra Nevada. El sol, aún recostado hacia el Este, pretende, sin éxito, que apartemos nuestra mirada admirada.

Ahora vamos penetrando la umbría de la sierra y la nieve hace su aparición. Cruje bajo nuestros pies y transforma el paisaje. Siguiendo esta pista forestal nos encontramos a la derecha con la senda que en suave pendiente nos conduce a la Cueva del Agua entre encinas, enebros, rascaviejas y quejigos.

La nieve es siempre compañera.




Situada en las entrañas del Collado del Agua, a 1.400 metros sobre el nivel del mar, la gruta se esconde al fondo de un estrecho pasillo natural excavado en la roca. Debió ser un rincón precioso, pero la estupidez lo ha privado de las estalactitas y estalagmitas talladas con infinita paciencia por el agua.

Bajamos por el Collado de la Rata dejando la Cruz de los Maestros a nuestra derecha. Nunca tenemos tiempo de buscarla por lo que por ahora sigue siendo un misterio. Podemos contemplar algunos pinsapos.






La llegada al cruce de caminos del Collado de Víznar se agradece tras el esfuerzo realizado. Nos recibe un sol de mediodía y en pocos metros pasamos del invierno a la primavera.

Desde, con la Cruz de Viznar a nuestra espalda,  realizamos un pronunciado descenso por la solana, a lo largo del cual la senda se ha estrechado y discurre bordeando un roquedo dolomítico. La senda termina en Puerto Lobo; ya sólo resta regresar a Viznar.

Y hoy comeremos: judías blancas con sepia.

Cocemos las judías blancas (las hemos dejado en remojo toda la noche) con sal, laurel, un pimiento colorado seco y unos dientes de ajo machados. Por otro lado hacemos un sofrito con ajo, cebolleta, pimiento verde y champiñones. Cuando esta pochadito se añade la sepia troceada y se le da un mareillo. Ya solo resta añadir el sofrito a las judías y dar un hervor. 

lunes, 9 de febrero de 2015

Tropismos y acumulación.

En esta ocasión, en Proyecto Integrado hemos montado una experiencia para mostrar dos tropismos de las plantas: el fototropismo y el geotropismo o gravitropismo, respuestas de los vegetales ante el estímulo luminoso y la gravedad.

Para jugar con la luz hemos colocado unas plantas de lechuga dentro y fuera de una caja a la cual se le hace una hendidura en un lateral. También germinaremos lentejas (20 semillas por contenedor) en oscuridad y en condiciones de luz. De estas últimas uno de los tiestos, cuando las lentejas germinen y tengan una altura de unos 5 cm, lo introduciremos en la caja oscura. Compararemos las plantas situadas en el interior y el exterior de la caja.

El gravitropismo lo evidenciaremos mediante la germinación de judías situadas en distintas posiciones. Para ello empleamos pequeños recipientes cuadrados y transparentes forrados interiormente con papel secante. Rellenamos los recipientes con algodón. Humedecemos. Entre el papel secante y la pared transparente del recipiente colocamos las semillas. En cada una de las caras la situamos en una posición diferente. Veremos que dirección toma el tallo y la raíz en cada caso.

Por último estudiaremos también el efecto de la acumulación de plantas. Sembramos tres densidades diferentes de semillas en recipientes de 6 cm de diámetro: 100, 50 y 25 semillas por recipiente. Utilizamos distintas especies de fácil y rápida germinación: soja, col lombarda, alfalfa, lenteja y rabanito. Por un lado determinaremos el porcentaje de germinación y por otro el crecimiento de las plantas, la productividad en cada tratamiento ponderado por el número de plantas germinadas.