Después de charlar de la magia de la fotosíntesis y de la fuerza de los fototropismos (que nadie se asuste, que los niños y niñas entienden mucho más de lo que se les presupone; el truco esta en que las palabras sean sencillas y muy explicadas), nos fuimos a la huerta.
Y después de una merienda especial gracias a que era el santo de Hugo, el teatro llego al Aula Rural. Representamos El dragón Arco Iris, una escenificación basada en el milenario teatro de sombras.
Y aún nos dio tiempo para hacer una búsqueda de huevos de Pascua y dibujar con la luz. Ya veréis los resultados.
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