En esta ruta caminamos desde Granada hasta el vecino pueblo de Dudar.
Comenzamos la senda a la vera del Genil, caminando por el bien conocido y no por ello menos entrañable Camino de la Bicha. A la izquierda el río con sus árboles de ribera y a la derecha huertas nacidas de fértiles tierras. Bajo la atenta mirada de un borrico, andamos con paso ligero.
Siguiendo un ramal de la acequia Gorda y posteriormente a esta misma, llegamos a Lancha del Genil. Subimos por la Carretera de los Filtros hasta la Ermita del la virgen de Fátima y desde allí nos dirigimos al Valle del Oro. El sendero, rodeado de altas y sonoras retamas, se encajona por los erosionados balates que nos recuerdan la fiebre de oro granaina.
Ascendemos hasta alcanzar Los Arquillos, un antiguo acueducto que conducía el agua del río Aguas Blancas a la vertiente del Genil en un intento de aliviar esa calentura aurífera.
Después de pasar varias barranqueras, llegamos a un cortijo centenario, el Cortijo de Belén (sobre su puerta leemos 1882). Toda esta zona está poblada por numerosos almeces. En la plazoleta de este cortijo reponemos fuerzas.
Seguimos nuestro camino hacia la Ermita del Almecí. Pasamos junto a grandes encinas inabarcables sin la ayuda de algunos compañeros; las vacas nos miran con curiosidad.
Proseguimos hasta desembocar por otra cancela en el carril de Dudar, tomándolo a nuestra izquierda para iniciar el camino de bajada hacia este pueblo. Pasamos junto a Las Torres, uno de los restos más espectaculares que quedan en pie del famoso Canal de los Franceses. Este canal primero tuvo relación con el oro amarillo y luego con el oro azul, el agua.
Tiene una longitud de unos 16 km. atravesando, por túneles, sifones y acequias, una orografía altamente compleja. El trazado primitivo de esta infraestructura se debe al ingeniero de minas francés Edmond Guillemin Tarayre quien trabajó en Granada, en la década de 1880, para la empresa minera de su compatriota Adolphe Goupil, un opulento marchante de cuadros que adquirió la “Sociedad Anónima de los terrenos Auríferos de España”.
La bajada hasta el pueblo de Dudar tiene tramos bastante pendientes pero por una pista con buen firme. A nuestra izquierda, un poco más arriba del cementerio, vemos el Puente de la Linea.
La receta de hoy: pechuga con salsa al pesto.
Esta salsa la hacemos batiendo aceite, un diente de ajo, bastante albahaca fresca y un puñado de piñones. Tomamos la pechuga y la partimos en varios trozos que untamos con el pesto. La metemos en el horno y listo. Ya que tenemos el horno encendido podemos acompañarlo con unas patatas y unos pimientos asados.
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