martes, 5 de abril de 2016

4 veces seguidas.

Realmente es agotador.

Cuando por unas causas u otras, generalmente por falta de espacios en el centro educativo para poder juntar a más de 25 alumnos y alumnas, tenemos que repetir tres o cuatro veces una misma charla participativa, realmente uno termina loco. La mente está saturada de tus propios bla, bla, bla...

Es difícil en la última intervención saber si lo que estás contando no se lo has charloteado ya (hay un curioso eco en el aula donde tus palabras tal vez son recientes o quizás las pronunciaste con el grupo anterior), es complejo que tus bromas puedan ser contadas de nuevo con cierta gracia, que no cantes en falsete. Y hay que buscar energías y motivación en una mochila ya bastante rebañada.

Pero por otro lado te entra una extraña relajación, una sensación cercana a la borrachera que, bien gestionada, puede convertir la cuarta vez en un momento francamente divertido para todos.

Eso pasó el pasado lunes en el IES Blas Infante de Ogijares con los simpáticos chicos y chicas de 1º de la ESO con una charla sobre el ahorro de agua.

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