Información bien contada, talleres intercalados para aligerar el plato y un itinerario por el centro para elaborar un mapa de ruidos con varios sonómetros.
No tenemos cultura del silencio, hablamos muy alto a pesar de que no nos escuchamos y en cuanto tenemos ocasión reafirmamos nuestra supuesta verdad con un grito. Que razón tenía Leonardo da Vinci cuando decía:
"Quien de verdad sabe de qué habla, no encuentra razones para levantar la voz".
No hay comentarios:
Publicar un comentario