martes, 29 de diciembre de 2020

Mazapanes y cascabeles.

En la ludoteca de invierno hemos empezado la mañana viendo algunos cortos navideños. Al azar iban eligiendo algunos de ellos. 

Compartimos con vosotros dos, uno en honor a los renos de adorno que hemos hecho y el segundo por tener mucho que ver con el Cuarto Rey sobre el que hablamos en la asamblea matinal. 

Luego estuvimos con los animales; nos vamos familiarizando con ellos. Es importante perderles el miedo al tiempo que aprendemos a respetarlos. Catalina, Jara, Mora, los patos, el gallo y los conejos. 

Mientras un grupo disfrutaba del corral, el otro realizaba un instrumento musical con unas chapas, una varilla de madera, dos puntas y un trocito de lana. Os servirán para acompañar las canciones de Noche Vieja. 

Tras la merienda tres tareas. Por un lado la receta navideña, en esta ocasión el mazapán. Los ingredientes son muy sencillos: 250 gr almendra molida cruda, 250 gr azúcar glass y un huevo. 

Mezclamos el azúcar con la almendra molida. Separamos la clara de la yema del huevo y reservamos la yema. Batimos ligeramente la clara y la incorporamos a la almendra con azúcar. Mezclamos bien. 

Compactamos la mezcla hasta formar una bola uniforme y lisa. La envolvemos en plástico y la dejamos reposar una hora para que todo se acabe de hidratar. Dividimos la bola en porciones iguales.

Precalentamos el horno a 200º C. Damos forma de mazapán a cada una de las porciones de masa. Las vamos colocando sobre una bandeja cubierta con papel de horno. Pintamos cada mazapán con la yema que tenemos reservada. Y horneamos a 200º C unos 2-3 minutos por el grill fuerte y vigilamos para que no se nos queme. 

Además, nos hacemos una chapa para acordarnos de esta EcoNavidad. 

Y escribimos una carta dirigida al Cuarto Rey Mago. No se conoce su nombre, es muy discreto. La leyenda cuenta que no llegó hasta el portal de Belén, que se perdió por las callejuelas más humildes del pueblo, deslumbrado por la generosidad de los que menos tenían. 

Y esa fue la luz de la estrella que desde entonces le guio. Dicen que se preocupa por los niños y niñas que no pueden escribir cartas a los magos de Oriente. 

El sol hizo su aparición un rato para calentar a nuestra bandada de pajaritos.

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