El fin de semana del 22 y 23 de junio, preludio de la mágica noche de San Juan, el grupo de senderismo de Casa de Porras realizó una ruta espectacular.
Senderismo de alta montaña que nos sumerge en Sierra Nevada, haciendo cumbre en el techo peninsular, el Mulhacén (3.482 m). Es una magnífica experiencia, diurna y nocturna, en lo alto del este Parque Nacional. Y para conseguir una ruta de excelencia es primordial senderistas que consigan un ambiente agradable, solidario y tranquilo. Y estas veinte personas han demostrado ser capaces de eso y mucho más.
Este macizo es un ejemplo de riqueza y diversidad natural. Diverso es el adjetivo que antecede a su clima, morfología, geología, flora y fauna, lo que la convierte en un lugar único, maravilloso y a la vez delicado que entre todos debemos cuidar. Todas las grandes montañas, y Sierra Nevada no es una excepción, son gigantes de piedra imponentes que se sostienen en pies de barro.
Recorremos una distancia de unos 35 kilómetros con un desnivel acumulado importante, unos 1525 metros. Y para ello dedicamos un día y medio.
Partiendo desde la Hoya de la Mora, nos dirigimos hasta las Posiciones del Veleta, para desde allí continuar por la pista hasta el Collado de la Carihuela y la Caldera. Finalmente, tras remontar la imponente cara Oeste del Mulhacén, alcanzar su cumbre.
El ascenso se resume en los siguientes datos:
Ruta: Hoya Mora (2.510 m) – Carihuela (3.205 m) – Caldera (3.060 m) – Mulhacén (3.479 m)
Distancia: 6,5 km – 6,5 km – 2 km = 15 km
Salimos del Parque Carlos Cano a las 7:00 h con los vehículos. Subimos hasta la Hoya de La Mora donde aparcamos los coches. Y nada de lanzaderas, vamos a realizar la ruta como marcan los cánones, solo a base de bota. La mañana soleada y fresca es ideal para enfrentarnos a un reto bastante exigente.
Comenzamos el ascenso hacia la Virgen de las Nieves, donde no detenemos un momento para recordar al cura de Valor que confundió los cambios repentinos del tiempo en alta montaña con un milagro del divino. Continuamos la subida hasta alcanzar las Posiciones del Veleta. En el camino vamos pasando junto a algunos neveros. Una vaca no muy amistosa consigue con un intimidante ademán que aceleremos el paso.
Las Posiciones tienen ese nombre por que allí encontramos trincheras de la Guerra Civil. El frente de guerra de Sierra Nevada occidental tuvo gran valor estratégico, que mantuvo la lucha durante los tres años de contienda. El pico Mulhacén fue enclave republicano, mientras que el Veleta permaneció todo el tiempo en manos del ejercito sublevado.
Al girar a la izquierda nos encontramos con el refugio de la Carihuela. Tras pasar un complicado nevero seguimos la pista hasta la Laguna de la Caldera. Es un tramo suave con ligeras subidas y bajadas. Primero el camino transcurre dejando a la izquierda el Veleta y el Cerro de los Machos. Pasamos por el mirador del Collado del Lobo y por el Portillo de Rioseco. A rebasarlo, vemos a nuestra derecha las Lagunas de Rio Seco y en frente el Collado de Loma Pelada.
Continuamos por la pista que une el Veleta con el Mulhacén pasando por el refugio de Vilavientos. La pista gira a la izquierda y en nuestro horizonte aparece el majestuoso Mulhacén.
Llegamos a la laguna de la Caldera donde almorzamos y descansamos un rato. Un viejo macho de cabra montesa se pasea cerca de nosotros indolente. Allí dejamos las mochilas y subimos hasta el Mulhacén. Está a unos 450 metros por encima de La Caldera que debemos ascender en un par de kilómetros por una pista donde las lajas de esquistos contrastan con los vuelos de las mariposas.
Es muy satisfactorio hacer cumbre y descansar en el punto más alto de la Península. Mientras saboreamos el triunfo de la cima, una cabra nos mira sin mucho interés al tiempo que otra lame las rocas en busca de sales. Nuestro esfuerzo no parece asombrarles.
Bajamos de nuevo a la Caldera desde donde desandamos nuestros pasos hasta llegar al lugar donde acamparemos, las maravillosas lagunas de Rioseco. Las estrellas de la nieve (Plantago nivalis) destacan plateadas en el verde intenso de las turbas de alta montaña. Allí pasamos la noche bajo la luna llena, unos en tiendas y otros haciendo vivac. Se levanta un viento que no tarde en despertar al frío. Lo espantamos con mucha ropa, risas, poesías y un poco de mate compartido.
A la mañana siguiente, al despuntar el sol levantamos el campamento. Un gran rebaño de cabras montesas pasta en los borreguiles. La madrugada es acogedora y no hace frío. Reponemos agua y nos lavamos en un regato cercano.
Regresamos hasta el refugio de la Carihuela desde donde nos dirigiremos a Los Lagunillos de la Virgen. Es una bajada por una serpenteante vereda que nos conduce a una preciosas lagunas glaciares donde reponemos fuerzas.
Desde allí proseguimos la ruta pasando por la Laguna de la Yeguas donde nos damos cuenta de lo circunstancial de la vida. Dejamos atrás el Observatorio Astronómico de Sierra Nevada y la Radio Antena. Ya solo resta atravesar la zona de las pistas hasta llegar a la Hoya de la Mora.
Un placer caminar con María José, Pepa, Sara, Víctor, Perla, José, José Manuel, Carmen, Elena, Edgar, Alfredo, José, Fátima, Eva, Rocío, las dos Lauras, Ana, Cristian y Luis. Muchas gracias.
Para finalizar, un video con imágenes del recorrido:
No hay comentarios:
Publicar un comentario