miércoles, 22 de enero de 2025

Las Cárcavas de Marchal

El recorrido que hemos realizado ofrece una panorámica espectacular y única de las "badlands" de la Comarca de Guadix, una imagen para retener en la memoria. Pero lo que no olvidaremos son las rachas de viento que han dotado a la ruta de un carácter épico.

Comenzamos nuestra ruta en la Cueva- Museo de la Inmaculada de Purullena. Desde allí caminamos hacia el estrecho barraco Cuevas de Monzoque que circula entre cárcavas de arcillas con formas de cuento de hadas; podemos observar numerosas cuevas abandonadas. 

Llegamos a la Colada de Paulenca, en la Rambla de María, donde nos rodea un amplio arbolado de pino carrasco. Nos desviamos por una vereda más estrecha que sale a la derecha una vez rebasado un mojón con una señalización del camino mozárabe de Santiago. Un montón de piedras apoyadas en la corteza de un pino marcan el cambio de dirección. 

Al final se una subida moderada llegaremos a la Meseta del Morillo. Recorremos todo su perímetro, cuajado de atriplex y otras plantas adaptadas a crecer en suelos arcillosos, contemplando las Cárcavas de Marchal.  Declarado Monumento Natural, es uno de los paisajes desérticos singulares de la provincia. Está situado en una altiplanicie rodeada por las localidades de Purullena, Marchal Graena y Beas de Guadix.

Volveremos a la pista que circula por la Meseta del Manco, caminando junto al barranco del mismo nombre. Y aquí comienza la verdadera aventura. Rachas de viento inusuales nos obligan a caminar agarrados a una valla que, providencial, nos acompaña en este tramo del camino. Mientras la adrenalina nos enciende los ojos, las gorras y los pañuelos vuelan hacia un destino incognito. 

Tras dejar atrás la granja cinegética, llegamos a un cruce donde el viento nos da una tregua. Iniciaremos un descenso por un sendero hasta la Rambla de Zamar y saldremos de esta por la Cuesta de Leñeros, llegando al paraje de Los Llanos, otra meseta que termina bruscamente al llegar al valle del Río Alhama, en el Mirador del Fin del Mundo.

Este promontorio, junto a un extenso almendral, es el lugar perfecto para disfrutar de unas excelentes vistas de los desiertos del norte de la provincia de Granada. Con el Picón de Jerez al findo, desde aquí se divisa gran parte del Valle del río Alhama.

Y tras descender por la empinada Cuesta de Guadix y cruzar el Río Alhama, llegamos a Beas de Guadix. Hemos recorrido 9 kilómetros con un desnivel acumulado de 200 metros. 

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