domingo, 20 de mayo de 2018

La Vereda de la Estrella y el Hornillo.

Con los senderistas de Ecopodos hoy hemos realizado una ruta obligada para cualquier caminante que se precie: La alucinante Vereda de la Estrella. Esta ruta puede cerrarse de distintos modos; nosotros elegimos retornar por el Cortijo del Hornillo buscando los contrastes. Son unos 16 kilómetros y unas seis horas caminando.


Iniciamos la ruta en la Vegueta del Caracol, en la junta de los ríos Genil y San Juan. Cruzamos un puentecillo sobre las turbulentas aguas y comenzamos a subir por la Vereda de la Estrella. Dejamos a la derecha una senda, por la que retornaremos, que conduce a la Hortichuela. A unos veinte minutos nos encontramos con un enorme castaño centenario, “El Abuelo” un auténtico monumento natural catalogado como árbol singular.

A la izquierda siempre el murmullo del Genil en el fondo de su valle. Vamos atravesando varios arroyos que corresponden al Barranco de la Loma del Muerto y de Cabañas Viejas. La abundante vegetación está formada por robles melojos con la hoja recién brotada, quejigos que, aún tímidos, no han despertado, castaños y otros árboles ribereños como fresnos y arces. Todo el camino está custodiado por rascaviejas en flor y gamones.


La umbría por la que caminamos contrasta con la aridez de la solana de enfrente. Y así llegamos al Puntal del Vadillo donde podemos contemplar la confluencia de este río con el Genil. Un poco más adelante nos encontramos con una vereda a la izquierda que nos llevaría hasta la Cuesta de los Presidiarios. Lo ignoramos y seguimos al frente por el Paraje del Vadillo.


Un giro en la senda y nuestro horizonte es la montaña más impresionante de Sierra Nevada: La Alcazaba (3.371 m). Con ese perfil al frente alcanzamos las Minas de la Probadora. Un poco más adelante observamos una vereda a derechas que asciende hacia el Hornillo. Por ahora seguimos el curso del Genil hasta llegar a las Minas de la Estrella que dan nombre a esta ruta. Hoy ruinosas, fue de las más importantes de las muchas que hubo dispersas en esta vertiente del Genil. Eran minas ricas en cobre y plata y fueron explotadas por una compañía belga en el siglo XIX.  Cuando fueron abandonadas varias familias se dedicaron a vivir de estos despojos minerales en unas condiciones lamentables.

Continuamos hasta el Barranco del Guarnón, donde contemplamos el impresionante descenso de este río desde el Corral del Veleta. Podemos contemplar al fondo el Veleta (3.392 m). El puente de madera da continuidad a la vereda hacia Cueva Secreta y a subidas míticas hacia el Mulhacen.

Retornamos hacia las Minas de la Estrella y comenzamos a ascender al Cortijo del Hornillo. La pendiente es considerable, zigzagueando entre un precioso robledal. A mitad de camino nos detenemos para contemplar el perfil de la Sierra. A la Alcazaba se une la silueta del Mulhacén (3.479 m).


Llegamos al Cortijo del Hornillo, uno de los mejores miradores naturales de Sierra Nevada. Chozas, eras de trillar y restos de las paratas donde se cultivaba centeno y patatas. En nuestro ascenso nos topamos con vacas y sus terneros que descansan en prados con magníficas vistas.

Descendemos por un robledal pasando junto a antiguas acequias para dirigirnos al Paraje de Cabañas Viejas, otro antiguo asentamiento agrícola de la Sierra. Cruzamos varios barranquillos y chorreras hasta llegar al Cortijo del Hoyo, así llamado por la hondonada que hay entre las peñas con restos de corraletas y las ruinas del cortijo.  En esta zona y en toda la Dehesa de San Juan se cultivaba la apreciada patata “copo de nieve”.


Comienza ahora una intensa bajada que nos lleva hasta la cerca del Cortijo de la Hortichuela y luego, entre euforbias, gamones y mostajos, a la Vereda de la Estrella. Solo resta retornar hasta la Vegueta del Caracol.

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