Seguimos paseando por los impresionantes Cahorros que a nadie dejan indiferente.
En esta ocasión los simpáticos chicos y chicas de la escuela Francisco Hurtado de Lachar fueron los protagonistas. Y algunas de sus madres nos acompañaron; os lo agradecemos de corazón.
Los sentidos alerta: el tacto de la roca, el sonido del río, el olor del suelo mojado y los majuelos en flor, la vista intentando retener demasiados bellos paisajes.
Aprovechamos para agradecer una y mil veces el trabajo de Gabriele, un chico italiano que está haciendo con nosotros las prácticas.
Grazie mille!
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