Alcanzamos el alto del Castillejo con niños y niñas del colegio Tierno Galván de Armilla. Nos arrimamos al murmullo del agua, al verde del barranco, a la fragancia del espliego y al instante efimero de la floración de los cerezos.
Una bonita actividad de senderismo que se la dedicamos a nuestro amigo
Tomas, maestro que se jubila este año. Nadie es imprescindible, pero hay sonrisas y ternuras que se echarán de menos.
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