El pasado miércoles cerramos la temporada de senderismo con los amigos y amigas del Club Buenos Aires.
Nos acercamos hasta el Cortijo Balderas, en Guejar Sierra. Aunque guejar significa mala vereda y, realmente la carretera para llegar hasta esta zona de la sierra tiene su complicación, ojalá todos los caminos condujesen a parajes tan bellos.
Este entorno, dedicado a potenciar los valores ambientales, los hábitos sostenibles y el amor por el quehacer rural, está situado entre la Loma del Maitena y el Cerro del Gitano. Son prados de montaña donde se entremezclan encinas, melojos, espinos albares en flor, agracejos, ... Y como telón de fondo los tres miles de Sierra Nevada.
Ros nos recibió con mucho cariño y, con la pasión propia de quien tiene el paisaje enraizado en las entrañas, nos contó la esencia del lugar. Luego dimos un paseo hasta lo alto del Collado del Alguacil, a 1900 metros de altitud.
Por el camino hicimos una parada en el Mirador de las Majadas, bebimos en la Fuente del Mondongo de la Gitana y encontramos la relación que existe entre los gamones y la carrera espacial.
Y cambiamos la rutina de unas vacas serranas
Y cambiamos la rutina de unas vacas serranas
Y así, poco a poco, dejamos atrás los árboles para disfrutar de los enebros, de los piornos azules y amarillos.
Finalizamos en el Collado del Alguacil, origen y cruce de muchos caminos. Y al regresar admiramos las manos del alfarero.
Muchas gracias a todos los senderistas por haberme enseñado tanto, por vuestro cariño y por permitir que acompasara, por nuestras bellas veredas, mis pasos a los vuestros.
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