viernes, 18 de enero de 2013

Feliz como una lombriz

 

En esta ocasión la sesión de proyecto integrado del IES Jiménez de Quesada la hemos realizado en nuestro humilde invernadero. 
 
Comenzamos con la materia orgánica y los procesos de estabilización para obtener abonos o enmiendas. Y en esta ocasión nos sumergimos en el vermicompostaje o transformación de la materia orgánica en presencia de lombrices de tierra, concretamente de Eisenia andrei, popularmente conocida en lumbricultura como la lombriz roja de California.


Tras flipar un poco describiendo los parabienes de este anélido edáfico cuyo diseño es de una simpleza y eficacia ejemplar, nos ponemos manos a la masa ...Ciego tractor incansable que ara en la horizontal, insaciable de materiales orgánicos varios, con la sensibilidad a flor de piel, sincero en su sexualidad que se percibe por su glandular silla de montar (el clitelo), hermafrodita de reproducción cruzada e ingeniosa producción de capullos. La felicidad de una vida sencilla y de bajo mantenimiento.


Realizamos dos experiencias. Por un lado montamos una pequeña litera de lombrices. En el centro, en un lecho de vermicompost o humus de lombriz, inoculamos las lombrices, cincuenta ejemplares inmaduros o no clitelados. A los lados colocamos estiércol de caballo y de vaca. Determinaremos la evolución de la población de lombrices a lo largo de los próximos meses.


La otra experiencia consiste en determinar la afinidad de este anélido por distintos tipos de sustratos, es decir, dietas. La lombriz es como si viviese en su particular plato de lentejas. Los materiales testados son: estiércol de vaca, estiércol de caballo, compost procedente de las eras de maduración y tierra de huerta. Introducimos cinco lombrices inmaduras en cada bote de experimentación y el número de repeticiones es de tres. Y ya veremos donde están más agusto. 

Una divertida sesión donde el puag y el jiji han ido de la mano.
  

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