miércoles, 16 de noviembre de 2016

En el Cerro del Maullo


Partimos de Fuente Grande o Fuente de las Lágrimas de Alfacar, de donde parte la emblemática fuente de Aynadamar.

Este manantial está situado en la parte alta del pueblo a escasos metros del Parque Federico García Lorca y a los pies de la Sierra de la Alfaguara . Data del siglo XI. Los árabes la llamaban Ayn (ojo y por extensión fuente, por ser de donde emanan las lágrimas) y damar (lágrimas). Lorca, lágrimas y estos parajes son un trinomio inseparable.


La belleza de Fuente Grande y su entorno ha sido cantada y alabada por poetas e historiadores, desde la más remota antigüedad hasta nuestros días. Ibn Al Jatib , considerado el más grande de los historiadores musulmanes granadinos ofrece la descripción siguiente:

"... tiene gran abundancia de agua, que se conduce por una acequia al lado del camino y disfruta de una situación maravillosa con huertos deliciosos y jardines incomparables, un clima benigno y agua muy dulce, además de unas vistas panorámicas espléndidas. Es un paisaje cubierto por mirtos, se encuentran allí palacios bien protegidos y mezquitas donde acude multitud de gente" .

Después de abordar unos asuntillos privados, ascendemos por un pedregoso carril que nos conduce hasta una ladera descarnada dolomítica que nos ofrece unas preciosas vistas de Sierra Nevada, la Vega de Granada y Sierra Elvira. Bajo nosotros una zona llamada el “resbaladero” donde se pueden encontrar restos de fósiles. Esta zona es también conocida como el Caracolar. Pasamos por este trozo antiguo de playa petrificada, retrocediendo en el tiempo más de 20 millones de años.

Siempre caminando hacia el sol saliente, que proyecta largas sombras, pasamos por las recientemente removidas tierras en busca de la fosa común donde, entre otras victimas de la barbarie, se supone que estaría García Lorca.

Seguimos la marcha para dirigirnos al Barranco de Víznar. Cruzamos una fosa común de la guerra civil española. Solo crecen flores de plástico y tristes recuerdos. Nos detenemos unos instantes.


Desde aquí parte una vereda a la derecha y luego a la izquierda, que los caminos de la vida dan muchos requiebros. Asciende entre pinares aromatizados pos los romeros y tomillos. Llegamos así al Área Recreativa de Puerto Lobo. Recordamos a los últimos lobos de estas sierras que, a finales del siglo XIX, colgaban muertos y con el cartel de acémilas, en la Plaza de Los Lobos.

Merendamos junto a un alambique serrano, maquina de generar tormentas que extrajo el alma a muchas matas de mejorana, espliego y otras aromáticas.

Desde aquí parte una la senda, debidamente señalizada, hacia las Trincheras. Se trata de la Senda del Maúllo. Al principio el sendero desciende atravesando un hermoso mosaico vegetal compuesto principalmente por jóvenes cedros, pinos, algunos olivos y álamos, para finalmente ascender hasta un carril forestal y que seguiremos a la derecha. Nos vamos encontrando con aromáticas como la salvia, la lavanda, el tomillo o el cantueso.

Desde este carril, asciende una estrecha y agradable vereda que nos sitúa, en un abrir y cerrar de ojos, en las Trincheras del Maúllo; restos de la guerra civil española, llamadas así por el ruido que hacían sus “usuarios” para comunicarse a lo lejos, unos con otros, imitando el del maúllo del gato montés y que habitaba estos parajes. Las trincheras del Maúllo  se conforman, mimetizándose con el entorno, en torno al Cerro del Maúllo, rodeándolo casi en su totalidad con sus galerías, de las que sobresalen de tanto en tanto las garitas. Las vistas desde aquí, estamos a unos 1300 metros de altitud, son impresionantes.

Coincidimos con un grupo de niños y niñas. Compartimos con ellos una foto y un momento especial; un encuentro intergeneracional en el que todos ganamos, a diferencia de las guerras donde todos, aunque asimétricamente, pierden.


Bajamos entre pinos resineros, antiguos cultivos de olivos, coscojas y encinas. Regresamos por la pista forestal de la Alfaguara hasta llegar de nuevo al Centro de Interpretación.

Ya solo resta regresar por el barranco de Viznar a este pueblo, siguiendo en el último tramo a la Acequia Aynadamar. De hecho, este pueblo nace como consecuencia del paso de la acequia por estos pagos en busca del Albaicín granadino.

Se le vio caminar... 
                      Labrad, amigos, 
de piedra y sueño en el Alhambra, 
un túmulo al poeta, 
sobre una fuente donde llore el agua, 
y eternamente diga: 
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!

Antonio Machado (El crimen fue en Granada)

3 comentarios:

Loli Rus dijo...

César...qué experiencia con los viejos...cómo has controlado hoy la situación,ni uno se te ha desmadrado(para q. se lo cuentes a Óscar..jijijiji) y te digo "viejos" pq eso le has dicho a los alumnos en el encuentro intergeneracional...que éramos pequeños, pero vivimos la guerra. Y me ha llegado al alma pq a mí, cuando empezó la barbarie, me faltaban 16 años para nacer.
Una vez hecha la rectificación...dónde está la foto que nos hiciste en la escalera? No ha salido bien o se te ha olvidado? El próximo miércoles me la enseñas...Un abrazo Loli Rus

Ester, Noelia, Oscar y César. dijo...

Es que me venía bien echaros unos añitos más para que cuadrara la situación. ¡jejejeje!

Vosotros me perdonáis esa licencia temporal y muchas otras locuras.

Y la foto está en el blog. Es la penúltima, pero como eres tan "viejita" necesitas las gafas de ver ¡jejejejeje!

Besos Loli

Cesar.

Loli Rus dijo...

No...no...en la penúltima foto estamos todos junto con los alumnos ...no me refiero a esa, sino a la que nos hiciste en la escalera de madera y que sólo estábamos "chicas"colocadas estratégicamente escalonadas...así que ponte tú las gafas...jijijijiji... a ver si la encuentras y me la mandas, pq mañana dice el tiempo que llueve y no voy a ir...ya sabes, los bastones, el paraguas, la mochila..."no puedo con todo" (como dice mi nieto..jajaj)
Un abrazo y buen sendero