sábado, 20 de enero de 2018

Ecopodos en el Cerro de Buenavista


El día, frío y despejado, es ideal para afrontar esta ruta hacia un cerro bautizado en honor a los magníficos paisajes que desde el se contemplan. Lo llaman Buenavista y es el objetivo de esta mañana.

Iniciamos así las veredas de invierno, en la inigualable Sierra de Huetor.

Comenzamos la ruta en el Puerto de la Mora. Tomamos la salida de Las Mimbres / Prado Negro tomando la carretera de la derecha que nos dejará junto a un monolito desde donde sale un carril asfaltado hacia unas canteras. Estamos en la base de la Umbría de la Cañada de las Yegüeras. Esta zona de pinos silvestres y cedros está protegida como Reserva Micológica.


Cogemos este carril que penetra en el parque en ligero ascenso. Dejamos a la izquierda una vereda que nos conduciría a la Casa Forestal del Pozuelo situada a un kilómetro aproximadamente. Las últimas isletas blancas y frías nos recuerdan la gran nevada de hace unos días. Pronto encontramos un cruce; nosotros seguimos al frente por el camino que nos llevaría hasta unas canteras de áridos. Por el de la derecha regresaremos para cerrar esta ruta circular.

Seguimos ascendiendo moderadamente hasta alcanzar unas segundas canteras, estas abandonadas, situadas al pie del Alto de la Majada de los Machos. Nos asomamos a esta herida de la montaña que matorrales y valientes pinos se empeñan en cicatrizar.


Seguimos la pista por la llamada Cañada de los Muchachos. Y en un punto, solo conocido por los guías más experimentados y los pastores, giramos a la derecha para tomar una preciosa vereda que nos conducirá hasta el Cerro Buenavista.

Llegamos a este cerro a 1664 metros de altitud. Esta conformado por dos picachos; en uno de ellos encontramos una caseta forestal. Allí almorzamos al tiempo que contemplamos el fruto de nuestros esfuerzos, una magnífica panorámica del parque natural de la Sierra de Huetor y del parque nacional de Sierra Nevada.

En el vecino cerro aparece un punto geodésico que no podemos dejar atrás sin alcanzarlo. Algunos hacen equilibrios para otros imposibles.


Iniciamos la bajada por una cómoda pista forestal siempre en la compañía de pinos y encinas. Al llegar a la pista forestal de la cantera la tomamos en descenso a la izquierda. A los pocos metros la abandonamos para caminar por la vereda que nos lleva a la casa forestal "El Pozuelo". Muchas cabras y una curiosa veleta donde un hombrecillo de latón se esmera en sacar agua de un pozo.


Retornamos por nuestros pasos hasta llegar al monolito que dio inicio a nuestra ruta circular de hoy de 13,5 kilómetros.

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