La Cañada del Sereno

Última ruta del módulo I de senderismo de Casa de Porras; y como es bueno que en los labios permanezca el sabor dulce de un buen postre, este paseo ha sido una explosión sensitiva. No hay duda de que la Sierra de Huetor es maravillosa. 

Dejamos atrás un mar de nubes contenido en la depresión de la Vega y nos situamos en la sierra, bajo la luminosa luz del sol de diciembre, también contenido. El perfil de Sierra Nevada tan nítido como brillante. 

Este es un sendero que nos permite atravesar el Parque Natural de la Sierra de Huétor por zonas rocosas y bosques de pinos y encinas, disfrutar de buenas vistas del Cerro del Agua y del Cerro de las Calaveras y alcanzar las proximidades del nacimiento del Darro escondido entre la vegetación de ribera. 

El sendero comienza muy cerca de la casa forestal Los Peñoncillos. Antes de llegar a ella cogeremos una pequeña vereda que nos llevará directamente al corazón de la Sierra de Huétor. Nos encontramos inmersos en un fantástico pinar de repoblación donde destaca el pino resinero.

Nos adentramos en una zona denominada “El Jardín”, en la que el pinar se abre y cede terreno a las encinas, mientras a ras de suelo se entremezclan tomillos, romeros, jaras y enebros.

Poco después de la Loma de los Corrales, pasamos junto a las ruinas de una cortijada. Estas piedras nos recuerdan el pasado de estos montes y cañadas. Continuamos a media ladera del cerro hasta el mirador de la Zarraca donde nos detenemos para mirar lejos. En primer plano la Cueva de los Mármoles.

Seguimos dirección norte por la Umbría del Polvorite atravesando nuevos barrancos, hasta conectar con la pista forestal del mismo nombre. La bajada puede hacerse por una vereda descendente en zig zag o por otra que sigue recta para descender al barranco. Nosotros tomamos esta última, pasando junto a una casa de piedra de cuento. 

Caminamos por la pista forestal hasta un indicador que nos dirige a la izquierda. Descenderemos por un camino que discurre envuelto entre pinos negros, laricios y silvestres hasta llegar junto a la base del Cerro del Púlpito. Dejamos atrás la Umbría del Polvorite y el Calar de los Mármoles. 

Rodeamos el Púlpito (Fran, ya subiremos en otra ocasión) y continuamos bajando hacia la Fuente de la Teja ya por una pista forestal. Nos desviamos para subir a la preciosa Cueva de los Mármoles por una vereda que arranca a la izquierda. 

Tras pasar por un viejo pinar salimos a un claro donde encontramos la cueva. Al regresar somos testigos de cómo un árbol se ha inclinado sobre otro y, con la ayuda del viento, le susurra secretos antiguos y ásperos como sus cortezas. 

Descendemos por la pista acompañados por alisos, sauces y álamos que beben las primeras aguas que conformarán el río Darro. Llegamos al mirador Las Veguillas, lugar desde el que podremos contemplar el barranco del Darro.

Seguimos la pista hasta que finaliza en Los Peñoncillos. Y en un instante montamos un aperitivo para despedir el curso y felicitarnos la Navidad. Tras estos últimos 13 kilómetros, un abrazo cálido (pero mirando al tendido) para cada uno de vosotros y vosotras.