lunes, 26 de septiembre de 2022

Un pirata en las calles de Armilla.



En la Plaza de Santa Teresa, esta tarde hemos escenificado "El Marinero sin Miedo al Mar".

Es un cuento de papel, es decir, una narración que parte de los pliegues que debes hacer con un papel para llegar a construir un barco de papiroflexia. 

La historia, narrada por un marinero que se convierte en pirata, nos habla de la importancia de alcanzar nuestros sueños aunque a priori parezcan descabellados. Y del significado de valentía: el más bravo no es el que no tiene miedo, sino el que temiendo alguna cosa es capaz de enfrentarse a sus propios miedos. 


El cuentacuentos es bravucón y en ocasiones desconsiderado con el público; pero es que es un pirata y tiene patente de corso. Los filibusteros que le escuchan tienen que ser conscientes de su rudo carácter forjado por las marejadas,curtido en una salmuera imprevisible y marina.


Es la primera vez que abandona la hoja de papel en cuyos pliegues habita y aparece en las calles de la ciudad, lejos de la protección de una escuela o una biblioteca. Cualquier lugar es bueno para las ensoñaciones. 

Un buen sueño es mejor que una realidad de pacotilla.

(Edward Teach, el pirata inglés conocido como Barbanegra). 

Y gracias a Tere por su papel de escritora con lumbago. 

  

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