domingo, 9 de julio de 2023

Escuela de Verano en el Sierra Nevada (II)

Ha pasado mucho tiempo desde que Baltasar abandono Fantasía tras dar un nuevo nombre a la Emperatriz Infantil y derrotar a la Nada. Atreyu se responsabilizó de terminar todas las historias que Baltasar había comenzado y regresó a su tierra El Mar de Hierba.

Pero de nuevo, la mentira y la desilusión llega a Fantasía, la Nada ha retornado. Las personas están dejando de imaginar, al tiempo que descuidan el mundo real. La Nada aparece ahora no solo en Fantasía sino también entre nosotros y nosotras.

Hay que retornar a fantasía, pero en esta ocasión no un solo uno, sino muchas niñas y niños. Deben imaginar, ilusionarse, soñar con un mundo mejor.

Así, cuando los protagonistas de esta historia sin fin entran en su escuela, realmente han atravesado las tres puertas mágicas (el enigma, el espejo y la puerta sin llave) para llegar a un rincón de las mil puertas donde se convierten en comerrocas, diminutenses y silfos nocturnos. Aquí jugarán para aprender a ser merecedores de portar el Áuryn.

Así puede empezar esta segunda semana en la escuela de verano. Dando la bienvenida a los nuevos fantasios y comenzando a superar divertidos retos.

En las asambleas nos organizamos como tribu que somos y leemos las libretas viajeras con historias sin fin escritas por nosotros. 

Uno de los talleres, realizados con materiales reciclados se lo dedicamos al dragón de la suerte Fuyur o Falcor. Su lema, "no te rindas jamás"... tal vez su suerte es realmente empeño. Y si esa insistencia es compartida volamos más lejos. Para trabajar esta idea hacemos un homenaje a este dragón de melodiosa voz con los recortes de nuestras manos.  

También recreamos un paisaje de los muchos que aparecen en la novela, el Pantano de la Tristeza y la Montaña de Cuerno, donde vive Morta, la vetusta tortuga. 

Visitamos el Mar de Hierba, donde viven los Pieles Verdes, el pueblo de Atreyu. Y aprendemos una de las cualidades de estos cazadores de búfalos purpúreos, la puntería con el arco. Y ponemos a prueba nuestras habilidades con un "peligroso" circuito de psicomotricidad.

También realizamos cuentos cooperativos y motores, que, Baltasar Bastían Bux, ante todo es un amante de los libros. En la lectura se refugiaba y era capaz de volar lejos de sus debilidades y preocupaciones. 

Y hablando de volar, con la ayuda de Sara y Lucía hemos disfrutado de la sensación de volar a lomos de Fuyur. Disfrutamos con un taller de telas aéreas, una disciplina física inspirada en el arte circense que acondiciona el cuerpo, a través de movimientos que conjugan la fuerza con la resistencia a la gravedad.

 

Una experiencia de altura apta para todos y todas los fantasios. 

1 comentario:

Marika dijo...

Que bien se lo estan pasando! ❤️❤️