Ayer, un día después del dedicado en el calendario a las personas mayores, iniciamos la temporada de senderismo del Club Buenos Aires. Cerca de doscientos pies dispuestos a buscar salud para su cuerpo y mente haciendo camino al andar.
Después de la bienvenida en el Centro de Día, a calentar motores por los caminos de la Vega.
Este curso desearía que nos contagiásemos del vitalismo de nuestro amigo Valentín; un hombre de sonrisa fácil y de piernas largas que daba pasitos cortos para no dejar atrás a nadie, un hombre grande que caminaba un poco encorvado como intentando no estar jamás por encima de ningún compañero.
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