El pasado lunes realizamos en proyecto integrado del IES Jimenez de Quesada la segunda sesión dedicada a la materia orgánica y su estabilización a través del vermicompostaje. Y acudimos por primera vez este curso al invernadero, que se llenó de vidilla.
Después de hablar sobre la biología de este anélido del inframundo, tan sencillo como eficaz y de cotillear acerca de sus amoríos, nos pusimos manos a la obra.
Realizamos un control de los recipientes de experimentación en los que testamos el crecimiento de Eisenia andrei en distintos sustratos. Por ahora parece que el estiércol de cerdo y, sobre todo, la extraña mezcla de cartón y gallinaza son los entornos que más favorecen a esta lombriz (¡que cosas!).
Por otro lado fundamos una litera de lombrices. En la franja central del recipiente colocamos una banda de vermicompost y 50 individuos no clitelados. A los lados dispusimos estiércol de caballo y compost de residuos sólidos urbanos. Veremos como evoluciona la población con el tiempo y hacia donde se desplaza mayoritariamente.
Suerte con los exámenes.
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