Hoy nos hemos adentrado en la umbría de la Sierra de la Yedra, en el valle labrado por el Río Bermejo. Hemos caminado a media ladera pasando por pinares espesos donde nacían salvias y aulagas y por espacios de encinas y quejigos.
Las hiedras trepan las calizas integrandose en ellas. Sus troncos parecen petrificados; solo el verdor de sus hojas rompen su mimetismo. El milagro del agua verdea en los musgos que acolchan la rugosidad de las rocas.
Fuimos desde Nivar hasta el Cortijo Carialfaquir y desde allí regresaremos a Cogollos Vega. Nívar se encuentra enclavada en el Parque Natural de Sierra de Huétor, en una zona de media montaña conocida como Sierra de la Yedra.
El paisaje y el entorno natural de este municipio se caracteriza por sus bosques de pinos, quejigos y encinas y sus numerosos nacimientos de agua. El casco urbano de Nívar se levanta a 1.055 metros de altitud, sobre una colina con vistas panorámicas hacia el Peñón de la Mata.
El resto del recorrido es de descenso, más pronunciado en el primer kilómetro y muy suave en los restantes. La vereda se acaba donde se juntan el Barranco de la Alfaguara con la Acequia de Fardes.
La seguimos buscando el Oeste.
El río Bermejo, cuyo nombre hace justicia al color de sus aguas, nos acompaña a la derecha. La pista forestal es muy cómoda de caminar. Llegamos hasta un cruce de caminos, tomando el de la izquierda que nos conduciría a Nivar.
Cuando vamos dejando Cogollos a la derecha, tomamos una vereda que baja hasta este pueblo a la altura del puente sobre el río Bermejo. Es un camino antiguo donde tapias de piedra están integradas en el paisaje, donde los majuelos alternan entre olivos.
Y como es temporada de escarolas, dos recetas con este ingrediente.
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