
Unas semanas atrás, una otoñal y soleada mañana de domingo, realizamos una ruta por el Albaicín y el Realejo con participantes en el XXXI Congreso Nacional de Junior Empresas. Recorrimos distintos rincones y miradores de nuestra coqueta ciudad cuyos relieves le permite contemplarse a si misma. Y el recorrido transcurrió por la deliciosa frontera entre la historia y las historias.

"Para nosotros fue un verdadero placer vivir la guía turística que nos regalasteis, no sólo por los sitios por los que paseamos sino por la pasión que transmitís al contar fábulas y leyendas"

En el mirador del Barrio de la Churra desliando la madeja intrincada de calles, allí donde aquella greñuda arrastraba incansable su viejo baúl.

O junto al Darro donde la muerte paseaba enamorada de Granada una vez desistió de perseguir al incansable aguador que dejo este mundo cuando a el le vino en gana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario