martes, 9 de diciembre de 2014

Pasión por contar.



Unas semanas atrás, una otoñal y soleada mañana de domingo, realizamos una ruta por el Albaicín y el Realejo con participantes en el XXXI Congreso Nacional de Junior Empresas. Recorrimos distintos rincones y miradores de nuestra coqueta ciudad cuyos relieves le permite contemplarse a si misma. Y el recorrido transcurrió por la deliciosa frontera entre la historia y las historias. 

Hoy, Ana Isabel Rodriguez Rejón, presidenta de la Federación de Junior Empresas del Sur nos manda estas fotografías y un texto que agradecemos de corazón:

"Para nosotros fue un verdadero placer vivir la guía turística que nos regalasteis, no sólo por los sitios por los que paseamos sino por la pasión que transmitís al contar fábulas y leyendas"

En el Bañuelo intentando imaginar su encanto y narrando una de las leyendas que entre vahos podrían allí contarse, la de la Fuente de Agrila de aguas dulces y amargas. 


En el mirador del Barrio de la Churra desliando la madeja intrincada de calles, allí donde aquella greñuda arrastraba incansable su viejo baúl. 

En el Aljibe de la Cuesta de las Tomasas, profanando el escondite favorito del tenebroso trasgo Martinico. 

O junto al Darro donde la muerte paseaba enamorada de Granada una vez desistió de perseguir al incansable aguador que dejo este mundo cuando a el le vino en gana. 


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