Este curso de pasos bien trazados estamos realizando distintas rutas para adaptarnos, en lo posible, a las piernas de los distintos senderistas.
En esta ocasión subimos a Sierra Nevada para realizar un recorrido de dificultad media desde los Campos de Otero hasta el Dornajo. Comenzamos a unos 2.200 metros de altitud y vamos bajando hasta los 1700 metros.
Antes de describir la ruta comentar que de nuevo estas personas me han dado una lección de solidaridad y compañerismo. Un senderista se ha sentido un poco indispuesto y muchos eran los brazos tendidos para ayudarle, muchas las conversaciones calmadas para acompasarse a sus pasos y hacerle la vereda agradable. Muchas gracias.


Seguimos en descenso pasando junto a unas cabañas y un manantial. Poco a poco comenzamos a llanear y cruzamos el Barranco del Rinconcillo donde chorrea el agua. Seguimos por el sendero hasta la Peña del Perro, un mirador natural rodeado de escarpes rocosos y profundos barrancos. Desde este espectacular paraje, volado sobre unos apriscos de ganado, dominamos el valle de San Juan en su confluencia con el Genil.
Continuamos, siempre por cómodas veredas, y cruzamos el Barranco de las Ánimas; pasamos por el Cortijo de los Castaños, por unos pinares de repoblación, atravesamos el Barranco de los Tejos y llegamos a Prado Redondo donde nos recoge el autobús.
Tomamos el sendero más bajo para contemplar algunos restos de esta acequia; de la original se conserva poco más que su trazado. La Acequia Real de la Alhambra canalizaba el agua procedente del río Darro desde la Presa Real, situada en el paraje de Jesús del Valle. Tiene un trazado de unos seis kilómetros hasta llegar a las huertas del Palacio del Generalife y a la Alhambra.
Retrocedemos y a la altura de un gran pino tomamos la senda del medio, la vereda baja de la Acequia Real para caminar hacia el sol saliente. A media ladera contemplamos de oeste a este el Albaicín, el Sacromonte, la Abadía y las cumbres nevadas de la sierra. Caminamos por esta vereda pasando por el quejigal hasta llegar a un pequeño acueducto en al barranco de las Tinajas. En el camino llama nuestra atención numerosos túneles dedicados al control y limpieza de la acequia.
Regresamos por nuestros pasos hasta tomar una senda que asciende hasta la vereda alta y la recorremos hasta regresar a la Silla del Moro.
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