Lo hacemos con el cuento "El Pozo donde nacen Ogros", una narración de la serie Titerecicla. Parece que tras una cierta sequía cuentística propia del verano, se nos va a olvidar el oficio. Pero no. El numeroso y simpático publico pasó un buen rato; y las marionetas y el cuentacuentos también.
Agradecimos que se sentaran delante de este pequeño guiñol, más chico que un kiosco pero en el que puede caber no solo un mundo sino el universo. Depende de esa sustancia que une al cuentista con sus escuchantes, ese quinto elemento que sin serlo es tierra, fuego, agua y aire. Un quinto elemento que se mide en función de los metros que te elevas sobre el suelo, un quinto elemento que es el océano por el que navegan las palabras sin naufragar.
Algunos lo llaman imaginación, otros el dulce escondite que te resguarda de la realidad.
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